"Nothing. . . Everything. . . Nobody. . . Somebody."

Monday, December 31, 2007

Sunday, December 30, 2007

La basura bien escrita


Legitimidad, ilegitimidad, ataques, defensas, piconerías y un buen pan con lechón

Iván Thays casi acierta (1). En efecto, somos tres. De iniciales F, J y B iniciamos este su blog predilecto a mediados de este año aburridos por el inusual invierno limeño (junio del 2007). F se dedicaría a los posts más o menos serios, J se encargaría de meter la cuota de sorna y B -que nunca pudo con su genio- sería el que, inspirado por el espíritu de Tony Clifton, hablaría como habla siempre, o sea, soltando lisuras.

Las plumas son más o menos parecidas, pero si leen atentamente, verán que son tres claramente diferenciadas. Aunque, valgan verdades, los posts a veces se han reescrito. Un lector atento podía darse cuenta que una entrada publicada a una hora X de pronto aparecía más tarde o a los minutos con grandes diferencias, es decir, con la opinión absolutamente contraria. Esta dinámica se ha mantenido hasta hoy. Es el blog visto como un gran "work in progress", como carente de centro -o de ombligo-, movedizo, posmoderno, o sea, un blog experimental de la PM. (2)

Nos sorprendió mucho que la gente se enganchara con lo expuesto aquí. Agradecemos las menciones en otros blogs y haber sido destacados como algo interesante a ser leído durante este año. Agradecemos también a los comentaristas, a los anónimos, a los buena onda y a los pesados, y también a aquellos personajes ilustres con nombre propio que tuvieron la humildad de doblar un poquito sus propias convicciones por dejarnos algo de su influencia. Somos irresistibles y lo aceptamos.

Pero confesamos que hemos hecho trampa. Porque no somos bloggers advenedizos. No. No somos improvisados que un día de pronto decidieron ponerse a escribir. No. Los tres -F, J y B- somos gente vinculada a prensa y los tres trabajamos en medios muy respetables a nivel local. Es más, por lo menos dos de nosotros -F y B- hemos sostenido conversaciones con el mismo Iván Thays en encuentros que las diversas actividades culturales a nivel local promovieron. Ha sido muy divertido intercambiar opiniones sobre literatura o escritores con él, armar fuertes lazos de complicidad y luego escribir absolutamente lo contrario en este espacio. Si bien creemos que la blogósfera es un gran medio para ejercer aquello que se llama la libertad de expresión, también somos unos firmes convencidos que, en la vida real de la vida cultural, la amistad y las buenas relaciones son necesarias para mantener nuestros trabajos y escalar un poco más de posiciones. Porque es un hecho: no nos estamos haciendo más jóvenes. Esperemos que Iván sepa entender este comportamiento. Se lo agradecemos de antemano y seguramente seguiremos siendo amigos y colegas en los años por venir.

Hemos leído algunos comentarios y nos apena mucho que se piense que esto es un blog-basura. Y que también se crea que una opinión divergente es un ataque. Nada más lejos de nuestra intención. Hemos buscado opinar sólo sobre asuntos públicos. Y, por cierto, hemos manifestado nuestro gusto o disgusto con obras y autores libremente siendo muy conscientes de que tales inclinaciones podrán transformarse con el delicado, pero indetenible, paso del tiempo. Nadie sabe de quién será la inmortalidad. Pero todos sabemos lo que ni tontos volveríamos a leer hoy.

De los trolls es previsible lo que podemos decir. Dejar el blog abierto fue una decisión difícil de tomar, pero finalmente nos arriesgamos al caos y al desorden. Como verán, los comentarios han sido bloqueados porque la palomillada de algunos -o quizás de sólo uno- empezaron a ahuyentar a los comentadores que realmente querían discutir. A dos días del cierre, esta decisión puede considerarse un fracaso respecto de nuestros planes iniciales.

Pero de otro lado, es exagerado identificar al autor del blog con los comments del mismo blog: para cualquiera con dos dedos de frente, creerle a un anónimo que escolarmente "ataca" a algún personaje es como creerle a la información expuesta en el graffiti de un baño. En todo caso, cada quien es dueño de sus calificaciones y etiquetas. Respetamos todas las sensibilidades.

Como se dijo antes, el blog se acaba mañana. Quizás no haya tiempo de un último post de despedida. La playa y el sol inician su llamado. Es hora de detenerse al borde de la carretera para comerse un buen pan con lechón o chicharrón con su rico camote mientras se mira de soslayo a la novia que retoza con lentes oscuros en el asiento del copiloto. Fantomas se va y no volverá ni en diez años. Al menos no como Fantomas. Como otra cosa, bueno, como otra cosa siempre se puede volver.


(1) Más información en Puente Aéreo y en el popular GCC (y en este último leer los comments, están buenazos).

(2) Ver.




Friday, December 28, 2007

Implosión en Fantomas

Fin de los comentarios. Próximamente: el balance de fin de año.

Thursday, December 27, 2007

A brand new day


Donde el bloggista quiere despercudirse colocando algunos covers

¿Qué es un cover? Grosso modo es una interpretación de una canción pop hecha por un nuevo artista. La palabra "cover" en relación al género pop es importante. Es una especie de actividad de menor rango y aprecio que la que se dedica a producir material original. Existen muchas bandas de covers, pero sus miembros no son considerados ni estrellas ni héroes: al contrario, son más bien percibidos como entusiastas e, incluso, lornas de primer nivel.

Por otro lado, aunque en la música clásica lo más común es hacer "covers", las estrellas de este sistema son justamente los intérpretes, los que tocan una y otra vez ese corpus de archivo de la música clásica, cada quien con su personalidad, por supuesto, pero sin omitir ni una sola nota. Presentar material de estreno no suele ser lo más común en un recital. Se podría decir entonces que, en lo clásico, el "cover" reina.

En el jazz las cosas son más radicales. Nunca una misma versión hecha por un mismo artista de su propia composición sonará igual de presentación en presentación. Digamos que esa es la gracia: variar, improvisar, buscar nuevos caminos, explorar mientras te están observando en el escenario. Es por eso que el público es muy receptivo al "cover", pero desde la mirada del que espera prácticamente una reconstrucción. Reelaborar es volver a componer y también apropiarse de la pieza.

Me gustan los covers, me hacen descubrir a veces cosas nuevas. Habré compuesto una que otra mala canción, pero lo normal es que intente hacer una versión simple -guitarra y voz- de una canción que me gusta y que he escuchado en otra parte. Y no so pocos los que hacen lo mismo: YouTube se ha convertido en un paraíso de los covers, de gente que sube sus videos colocando sus versiones e intercambiando información sobre acordes y formas de interpretación. Lo que en peruano normalmente se dice "sacar una canción".

Suelo revisar algunos de estos covers en mis momentos de gran hueveo. La mayoría son pésimos, pero algunos de pronto brillan con la marca del artista de verdad. Son los artistas sin celebridad de la web. Coloco algunos:

I Will - The Beatles

Una versión movidita y con swing. Mi versión es distinta, porque suelo hacerla con todo y el arreglito en guitarra entre las estrofas. Pero esta esta buenaza.

Cherub Rock - Smashing Pumpkins

Esta parecía una misión imposible, pero este rockerazo la logró con solo una guitarra acústica y harta muñeca.



Boys of Summer - Don Henley

El tipo de cover que haría feliz a Gerardo Manuel, porque es una versión nota por nota, inflexión por inflexión, textura por textura, al carbón y fotocopiada (tanto que abajo aparece un recuadrito con el vídeo de Henley en "sincro"). El grupo se llama "New Gig in Town" (los fans de The Eagles se reirán). Lornísima, pero sorprendente. Yo cambiaría al batero, eso sí. Pero seguro todos son patazas.



There There - Radiohead

Este patín me ayudó con los "tabs". Reafinen bien esa guitarra y sale tal cual. El tipo de cover hecho para ellas. Tip aprendido de este clip: si no puedes cantar como Yorke, no lo imites. Hazla simple no más.

Wednesday, December 26, 2007

Anonimismo, escatologismo


Donde el bloggista confiesa que no sabe quién o quiénes joden con tantos anónimos basurientos, pero al menos sabe quién es uno de ellos

Hagamos las cosas más o menos cortas porque estoy chambeando y no tengo tiempo para tantas cojudeces. Son los últimos días de Fantomas y, aunque era la intención no estar posteando seguido, tanto anónimo ladillón me obliga a tomar cartas en el asunto. O al menos una carta, una carta emblemática como extraída de un Tarot.

Para esta breve historia escatológica debemos remontarnos primero al 11 de diciembre del 2007, a un post de este su blog favorito llamado Periodismo vs. Literatura. En la sección de comments, como pueden ver aquí, aparece un comentario -el primero de todos- borrado por su autor, o sea, Víctor Coral, con su propia firma de cuenta de blogger que, hasta donde tengo entendido, no se puede falsificar. Si hacen click sobre el nombre serán dirigidos a su perfil y a sus blogs. ¿Qué colocó Coral que después de unos minutos tuvo que borrar? En unos instantes viene la respuesta.

Ahora, si siguen leyendo y posan la mirada sobre el segundo de los comentarios, podrán leer lo siguiente:

a mí también me gusta leer a Vivas pero me jode que siempre deje en ascuas a sus lectores. Hace poco dijo que Jaime Bedoya estaba metido en cosas oscuras en internet y no dio más detalles. Ahora golpea a los narradores y poetas y no especifica. Un poco más de valentía, por favoooor.

Ariana
En estricto sentido "Ariana" es un anónimo, porque esta firma en particular no significa nada, ya que cualquiera puede firmar como se le dé la gana. El autor dice de Bedoya que está en "cosas oscuras" y de pasada pide "valentía". Un poco pesadón, jodido y malgeniado. Pero también pendejo, porque mete su caca sin linkear nada. ¿Quién es Ariana?

Antes de resolver el misterio permítanme una breve explicacion de cómo administro este blog. Este blog no tiene filtro, todos los comentarios pasan libres y orgullosos desde los teclados de sus autores hasta el papelógrafo virtual llamado "comments". Creo haber borrado sólo dos o tres en el pasado -me parece que porque jodían estúpidamente a Luching o a Daniel Salas-, pero después me dio flojera estar cuidando la etiqueta. Sin embargo, que pasen todos no quiere decir que no tenga una manera de llevar un registro de todos ellos. Porque cada vez que alguien hace un comentario en cualquiera de los posts y lo envía, ipso facto se me envía un correo a mi cuenta de gmail con el nombre del autor y el comentario completo, e indicándome también en qué post fue colocado. No siempre entro a mi blog, pero siempre estoy leyendo mi correo. Y ese 11 de diciembre el primer comment fue de Víctor Coral. El comment decía lo siguiente:

Victor Coral has left a new comment on your post "Periodismo vs. literatura":

al señor Fernando Vivas, a quien yo también leo con gusto, le gusta dejar las cosas en ascuas. Hace un par de semanas sugirió que Jaime Bedoya andaba en cosas extrañas en Internet, pero nunca dijo qué; ahora irresponsablemente mete a toda la narrativa y la poesía peruana dentro de lo que llama intrascendente. Un poco más de precisión (I mean, valentía) sería genial, no les parece?


Contrasten ambos comentarios y verán ligeras diferencias. La más sobresaliente es la del cambio de las cosas "extrañas" de Bedoya en "oscuras". Todo un retoque estilístico y de intención. Para explicar qué hacía la firma de Coral en ese comment hay dos posibilidades. La primera, que exista alguien -un ser bien pendejo- que conozca la contraseña de su cuenta de blogger (por eso dije que esa firma no se puede falsificar). La segunda, la más fácil y evidente, es que el ser camaleónico no sea otro que el propio Víctor Coral, que pudo borrar ese comment hecho bajo su nombre del blog público, como es su derecho, pero que no pudo hacerlo en mi propia cuenta de correo electrónico por obvias razones. Y que, para redondear la faena, volvió a escribir el comment pero firmando como "Ariana" ¿Con cuál explicación se quedan ustedes? Muy bien, clase.

Dejé pasar esta huevada porque, en fin, me daba mucha curiosidad este comportamiento. ¿Volvería a pasar lo mismo?

Pues sí. Pasó hoy. Esta mañana llega otro comment de Víctor Coral, esta vez uno mucho más florido y lírico:

Victor Coral has left a new comment on your post "¡Se detuvo el calentamiento global!":

MARCOS SIFUENTES ES UNA PUTA ESPIRITUAL QUE PUEDE SER AMIGO DEL BUFALITO HIJO DE DEL CASTILLO, FLAMANTE GERENTE DEL CANAL DE BELMONT (JOJOJOJOJO), SOSTENER A FRANCISCO ANGELES EN ESTE LUGAR HEDIONDO, HACER CHERRYZ A SU PATA EL POETITO JERÓNIMO PIMENTEL Y SOBONEAR A UN NARRADOR DECENTE COMO THAYS SOLO PORQUE LO INVITÓ A SU PROGRAMA "VANO OFICIO".
A ESTE CAMALEÓNICO ENGENDRO, LLAMADO OCRAM, LE DICEN "HOTEL SHERATON", PORQUE TIENE TODAS LAS BANDERAS.


Jajaja. Quise constatar si finalmente Coral había desfogado todo lo que tenía dentro, una especie de salida del closet de su rabia al mundo. Total, nada de malo tiene escupir la bilis. Pero cuando fui a chequear en mi blog, el comment lisuriento había sido borrado por Víctor Coral. Aún así, aparece casi el mismo texto firmado como el anónimo "hablador" en el comentario siguiente colocado cinco minutos después:


hablador said...

MARCOS SIFUENTES ES UNA PUTA ESPIRITUAL QUE PUEDE SER AMIGO DEL BUFALITO HIJO DE DEL CASTILLO, FLAMANTE GERENTE DEL CANAL DE BELMONT (JOJOJOJOJO), SOSTENER A FRANCISCO ANGELES EN ESTE LUGAR HEDIONDO, HACER CHERRYZ A SU PATA EL POETITO JERÓNIMO PIMENTEL Y SOBONEAR A UN NARRADOR DECENTE COMO THAYS SOLO PORQUE LO INVITÓ A SU PROGRAMA "VANO OFICIO".


La misma operación, la misma dinámica y un mismo autor esquizoide: Víctor Coral. Al igual que en el caso de Bryce -cuando muchos pensamos que el que plagia una vez lo hará varias, como finalmente sucedió- soy de los creen que el que tiene esta costumbre de basurear con anónimos, lo hace a cada rato. Mi teoría es que con esta jodida mecánica del Blogger unido al Gmail a veces uno se huevea saliendo o entrando al correo y se colocan comments automáticamente sin saber cómo uno está firmando.

¿Conclusiones? Pues eso ya corre por cuenta de ustedes porque no soy la vieja de nadie. En todo caso los dejo con un último comment de Coral, este sí dejado tal cual:


Blogger Victor Coral dijo...

Marco, yo no he escrito nada que no esté firmado en este lugar. Y págame mi chela, eso sí. Un abrazo.

December 26, 2007 3:48 PM



Mary Mother of Fucking God. You got issues, man.


PD: Una cosa: la única prueba hiperfehaciente de todo esto es que cada uno de ustedes mire mi propio correo y confirme lo que digo. Pero ya que no puedo hacer eso, van a tener que hacer un salto de fe. Sólo puedo decir que he intentado ser justo en este blog siempre, y lo estoy siendo ahora.

Monday, December 24, 2007

¡Se detuvo el calentamiento global!


Donde el bloggista, que es ateo, les desea a todos una feliz Navidad

Rumbo a la Nochebuena quiero dejar atrás todos los rencores y todas las bajas pasiones. Llegará el día en que todos nosotros, seamos de derecha, de izquierda, de centro, verdes, rojitos, rabanitos y fachos, caminemos juntos de la mano hacia un mejor porvenir. Con ese ánimo en mi corazón, los dejo con una gran noticia: la temperatura global del 2007 ha sido estadísticamente igual a la del 2006. Es más, tal temperatura ha sido la misma desde el 2001. Mis amigos medioambientalistas confirmarán así que soy un ser desprendido. Este regalo va dedicado a ellos.

Entérense y disfruten en: Has global warming stopped?

¡No andaba muerto!


Malasangre ha actualizado su blog, lo que quiere decir que en febrero del 2008 veremos nuevos posts. Chéquenlo: hay un post sobre Bayly con la fórmula mágica del éxito y otro sobre los spots políticos en la gloriosa campaña presidencial de 1990 en un rebusque de archivo vía YouTube. Recordar es volver a vivir.

Sunday, December 23, 2007

Yo compro en Vivanda


Los caviares me loquean. Me resultan inexplicables y, al mismo tiempo, me producen ternura. Wong es vendido -la línea de supermercados más pituca de Lima donde se profesionalizó a más no poder el servilismo peruano- y de pronto lanzan ayes de confusión: ¿y ahora quién me va a cargar los paquetes hasta el carro? ¿Y ahora quién me va a atender de inmediato y corriendo cuando levante la voz porque no encuentro la gondola del yogurt griego? ¿Quién me dirá "chi cheñó" o "chi cheñora"?

Carlos Basombrío, el viernes 21:

La venta de Wong ha sido un baldazo de agua fría al orgullo nacional (por lo menos al de los limeños). Wong era mucho más que un conjunto de supermercados exitosos. Con los años se volvieron un símbolo de cómo hacer empresa desde abajo y en tiempos difíciles; cómo engreír a sus clientes y cómo tratar bien a sus empleados. Se había convertido en un modelo de empresa peruana.

(...)


(Lo que sí ya carece de todo sentido es que hagan el Corso de Fiestas Patrias, ¿o no?).


Y hoy Jorge Bruce, compara la situación de nuevo gabinete -que se ve aún con ojos suspicaces- con el supermercado:
Como en el caso de Wong, el problema no es que se enriquezca un grupo chino-peruano o uno chileno-alemán. Es la confianza depositada en un vínculo personal la que se ve amenazada.

Dios mío. Parece como si de pronto hubiesen aprobado una ley donde se prohibe el servicio doméstico. Alerta: no me la agarro con los clientes de Wong ni con Wong, sino con estos analistas que a veces sólo son buenos para ver la paja en el ojo ajeno y que no suelen perdonar nada a los de la banda derecha. Supongo que estos señores nunca compraron en Metro, también del grupo Wong, donde el servicio es malo -y no me refiero a la capacidad de servir, sino a cosas elementales como tener pocas cajeras en un sitio atestado de gente. Por mi parte, compro en Vivanda simplemente porque me queda cerca de la jato: ningún problema. Y no está demás recordar que el 90 o 70 por ciento -no recuerdo bien la cifra- del mercado le pertenece a las bodegas. La nostalgia por el Corso si es de antología y, por eso, no vale la pena ni comentarlo. Y después se quejan de que los jodan.

Friday, December 21, 2007

Reseñismo, amiguismo 3


Donde el bloggista le da un brochazo final al tema y responde algunas preguntas

Salió el sol, anoche dormí bien y el tema del amiguismo se ha extendido más de lo que yo mismo esperaba. Pero vale la pena darle una mirada final y dejar consignadas algunas conclusiones.

En primer lugar: agradezco el comentario en el post anterior de Marco García Falcón, quien tuvo la deferencia de aclarar algunos puntos sobre lo escrito aquí. Creo que nadie puso en tela de juicio ni su probidad, ni su competencia como lector, ni sus gustos. El tema de debate fue una reseña en particular y, sobre todo, la buena o mala comunicación de la información sobre los libros, el modus operandi del circuito comunicativo literario. Y así como él dice que su amistad con Iparraguirre no tiene nada que ver con su sincero entusiasmo por El inventario de las naves, asimismo me gustaría decir que mi a veces excesivo ánimo interjectivo no esconde ningún tipo de animadversión personal contra MGF. En absoluto. No soy ni amigo, ni enemigo, ni sicario ni nada. Simplemente leo y comento. Y el tema de fondo sigue en pie: ¿deben los amigos reseñar a los amigos?

Aquí no vamos entrar al punto de si es válido o no, o si es verosímil pensar que un amigo no pueda acaso dar con claves de lectura certeras sobre el texto de su yunta del alma. El punto es, creo, que esa "institución" pública llamada crítica literaria -y quiero usar este término muy laxamente, o sea, no importa si eres periodista, académico, reseñista, comentador, graffitero o inagotable garabateador de marginalia- aún en el Perú no tiene muy clara sus propias reglas de juego, su propio código de comportamiento, al punto que todavía seguimos enfrascados en este tipo de inquietudes, y al punto que tenemos un blog como Puerto el Hueco, muy popular, donde sólo se discute un solo tema: el poder de amistades, camarillas, mafias, círculos, argollas, etc. en la literatura peruana. Al menos, desde mi punto de vista, los síntomas dicen mucho y no creo que haya que voltear la cabeza como si fuese una huevadita menor o algo de resentidos. Nica.

Ahora, ¿por qué pasa esto? Creo que por una sola razón: porque a esa institución -en la que estás metido apenas un editor te da un libro y te dice "coméntalo en 500 palabras"- le importa un reverendo huevo el público y el lector común. Antes de internet el feedback de los lectores era muy lentejón y casi nulo, pero ahora las cosas son automáticas y, aunque no me guste la palabra, "democráticas". Es decir, ahora un crítico -que suele ser un patín muy metido en un medio y en un círculo- de pronto se da con la sorpresa de que la masa reacciona, pitea, señala, aprueba y desaprueba. Los bárbaros tocan las murallas de la ciudad y también juegan.

La crítica -al igual que el periodismo- debería ser un servicio, pero eso aquí parece que no interesa. O sea, no importa que un editor moche una reseña que la hace ininteligible hasta para el propio autor y que aparezca así publicada, confusa, con el sello en rojo del "ya que chucha", total, el público es cojudo y no lee. O se traga cualquier huevada. Si El Comercio tiene un manual de estilo al que sus correctores acuden para dilucidar cualquier duda y separar la paja del grano, ¿cómo así no existe lo mismo -un protocolo, en suma- en el imaginario Departamento de Reseñas de Libros? Un protocolo en el que una de las normas sea: si nuestra chamba no es solo dar "claves de lectura" sino también valorar un libro, entonces intentemos ser justos, intentemos evitar las falacias ad hominem, intentemos publicar solo las reseñas que sean claras y bien argumentadas y, por cierto, intentemos no pedirle a un crítico que reseñe a su amigo porque eso podría interferir con nuestros objetivos, a no ser que esa relación se haga explícita. Ninguna de estas cosas atenta contra la libertad de expresión que yo sepa. Sólo ordena la forma de comunicarse con los lectores y evita que los cherrys y que la cultura vista como un gran hall de relaciones públicas, como un trueque de favores, se multipliquen como un virus en nuestras cabezas. Por supuesto, no estoy pidiendo que los reseñistas tengan obligatoriamente su PhD en la Universidad de la Teoría Literaria Total, porque si algo nos ha demostrado el académico Julio Ortega este año es que ese carnet vale caca si defiendes estupideces. Etica de trabajo, pues. Y, además, la necesidad de tener no sólo reseñistas, sino buenos editores y capitanes de barco.

Suena ilusorio, pero la verdad no sé si este tipo de discusión realmente exista entre la gente dedicada a los libros. En todo caso, así alucino yo que debería ser el mundo de la "crítica" y apenas ese círculo vicioso sea superado recién creo podremos dedicarnos en pleno a desmenuzar como se deben los contenidos. Mientras no pase -y es de suponer que no va a pasar porque el mundo de la literatura peruana es pequeñito y los peruanos somos campeones de la patería-, pues, agárrensen, como dijo Mr. Con Ventilador, porque la gente seguirá jodiendo, seguirá chacoteando, seguirá siendo incrédula, o sea, más o menos como yo suelo leer el Moleskine de Thays.

En fin, para terminar quisiera responder algunas preguntas que se soltaron por ahí en el terreno por momentos baldío de los comments:

Fantomas:
Siempre te leo, asi que voy a insistir con mi pregunta: ¿en verdad crees que hay que ser muy hijodeputa para criticar la obra de un amigo -cuando tu tarjeta personal dice probablemente "critico"-?
Si esto es asi, ¿tambien hay que ser muy huevon para alabar la obra de un enemigo?
Y finalmente, el que dice que una obra es buena cuando en verdad no lo es, solo por amiguismo, ¿es o no es un corrupto?
Saludos,
Jose
Sobre la primera pregunta: entiendo que cuando Jose dice "criticar" se refiere a "hacer leña". Bueno, sí, eso creo. Por eso cité la reseña del Sr. Güich sobre el último libro de Bryce. Los términos que usó sólo son concebibles en alguien que leyó el libro con total independencia, olvidándose si Bryce está mal de la cabeza o pasando un mal rato personal. Yo francamente aprecié la sinceridad. Pero dudo que un amigo pudiera hacer lo mismo: habría que no tener corazón. ¿Alabar la obra de un enemigo? ¿Es posible eso? No diría que es de huevones, sino milagroso. Sobre lo último: no sé si habría que llegar al extremo de llamar a un reseñista amiguista "corrupto". Es sólo un mal profesional.

Ahora, me pregunto si te das cuenta de que estás cayendo en el juego armado por Coral, quien, como bien dice Daniel Salas en El Gran Combo Club, es y ha sido siempre un "gran insidioso", interesado en todo menos en hacer crítica literaria seria y esclarecedora.
Es más o menos notorio que Coral y Salas no se llevan bien. Pero ese no es mi asunto. Coral es Coral, yo soy yo.

Fantomas, hace algunas semanas te planteabas la posibilidad de no volver a postear. Sin embargo -y casi sin querer queriendo- te metiste en el tema literario, que en mi modesta opinión, creo que es tu fuerte. ¿Ya escribiste profesionalmente? Si no lo hiciste aún, debes considerar la posibilidad de hacerlo.
El último comentario es de Vicky y respondo: el blog de Fantomas muere el 31 de diciembre del año en curso. Ya es algo que está decidido. Y, no, jamás escribiré sobre libros. Como dijo alguien por ahí, zapatero a tus zapatos y yo estoy feliz con mi fábrica de calzado.

Fin del tema. Chaufas.

Wednesday, December 19, 2007

Reseñismo, amiguismo 2


Donde el bloggista sigue echando más leña al fuego en una metacrítica wannabe

Ayayay. No podíamos despedir el año sin una última pujadita de bilis, reacciones e indignaciones. Remato el tema con un par de comentarios seudometacríticos. Quién lo diría.

Victor Coral mencionó el caso en su blog. Aunque lo hizo con un guiño, sin decirlo frontalmente:

*Amigos. En el Dominical el narrador Marco García Falcón se entusiasma ante las potencias narrativas del Inventario de las naves de Alexis Yparraguirre. Para Marco el libro de Alexis es equiparable a algunos de Kafka. ¿Será?

Por cierto, lo que escribió Coral está dentro de lo que un comentarista sobre un texto público puede hacer con toda tranquilidad, sobre todo si lo hace con su propio nombre y si, además, coloca un link donde un lector cualquiera puede contrastar su opinión. Hubiese sido ideal que se despachara un poco más -como lo hizo en los comments del post anterior aquí mismo-, concentrándose en el lenguaje de la reseña y aclarando más el caso para el lector que no está enterado. Pero lanzar una sospecha en forma de pregunta, ¿es reprobable?

Nos responde la reacción airada de Daniel Salas en el Gran Combo Club. Llamó a Coral "insidioso". Pero no sólo eso: lo llamó "candidato al blogger más insidioso". Ya. Yo no sé si haya criterios objetivos para detectar la insidia. Pero su opinión es su opinión. Vayamos al texto. ¿Qué reclama Salas? En principio, esto:

No solamente hay un notorio error en la ortografía del apellido del autor. Hay también una gran mentira. En ningún momento Marco equipara los cuentos del Inventario de las naves con los de Kafka. Simplemente, los inscribe en una tradición y nos invita a leerlos de esa manera. Este es un procedimiento común de la crítica: afiliar una literatura dentro de una vertiente de producción.
Lo que dice Salas es verdad. En ningún momento MGF compara a Iparraguirre con Kafka. Pero, ¿acaso hace lo que dice que hace? ¿Qué dice MGF sobre El inventario de las naves? Con respecto a filiaciones literarias dice dos cosas. La primera:

Estamos ante un universo inédito en nuestra narrativa, pero cuya existencia se sustenta en el diálogo con una rica tradición (Borges, Calvino, Cortázar), así como con el cine de ciencia ficción, el ánime y los mangas.

Bueno, hacer ese tipo de comparación es como lanzar un dardo en un bull del tamaño de un elefante. Pero valga y pase. Pero cuando Kafka entra en escena, MGF dice algo que a mí me dejó medio atontado:

Decía Kafka que los verdaderos libros, los que valen, son hijos de la noche y que su lectura nos depara la misma sensación que nos deja una muela en absceso arrancada sin anestesia o el golpe certero de un martillo que resquebraja todo un continente de hielo. El inventario de las naves pertenece a esa elevada pero cada vez menos renovada estirpe de textos que no ceden a la fácil complacencia.

Los libros que valen -según Kafka- son "hijos de la noche" y dejan la sensación de un "martillo que resquebraja todo un continente de hielo". ¡Ya pues! ¿Qué clase de tradición es esa? ¿A qué lecturas se referiría Franz? Who the fuck knows! Salas dice que "es un procedimiento común de la crítica: afiliar una literatura dentro de una vertiente de producción". Seguramente, pero MGF no escribe en este punto como crítico ni afilia ningún libro a ninguna vertiente de producción. Los libros que son "hijos de la noche", desde mi punto de vista, pueden ser cualesquiera. Hasta Fantomas es un "hijo de la noche". ¿Y no ceder a la "fácil complacencia"? ¿Es ese un criterio válido de clasificación? Ya pues.

Salas dice que Coral miente insidiosamente, pero vamos, él también nos está meciendo cuando sólo quiere tocar unas líneas e ignorar otras. Felizmente tiene la caballerosidad de reconocer la amistad que lo une a MGF, pero su análisis podría haber ido más allá si es que le pareció pertinente cuestionar al cuestionador. ¿Más líneas extrañas de MGF?

En la narrativa, a diferencia de la poesía, la destreza solo se logra con los años.
¿Uh? ¿Es eso verdad? ¿O solo es verdad para efectos del elogio de un libro en particular? Muy raro. Y el remate es para mí ininteligible:
Los lectores asistimos así al advenimiento de un ansia similar a la que viven los personajes y desde allí convoca y aglutina sombras, para sublevarlas y darles un sentido. Y ésa es, precisamente, la insólita y necesaria trascendencia de este libro.
Lo digo en serio: por favor, que alguien me explique esas últimas líneas. Sólo entiendo que es un elogio por el mero hecho del elogio. Pero no sé si valga la pena rebanarse el seso para dar con una explicación más simple: amiguismo. No tapemos el sol con un dedo. ¿Es válido? Absolutamente. Pero creo que los lectores también tenemos derecho a decir lo que nos parece cuando algo nos suena conchudamente parcializado. Eso hicieron cuando Maribel de Paz habló en contra del libro de Ampuero. Eso hago yo con una reseña a favor. Fin.

Monday, December 17, 2007

Reseñismo, amiguismo


Donde el bloggista comenta un lunes las reseñas del domingo

Me desperté ladilla. Pero todo se debe a la lectura de El Dominical de ayer que me hizo revivir el viejo debate del reseñismo como trinchera del amiguismo. Como antecedente, hago presente unas cifras interesantes que Thays colocó en su blog sobre una encuesta entre críticos literarios vinculados al National Book Critics Circle. Dos me interesan:

¿Se puede pedir una crítica al amigo de un autor?: 84% dicen que no.

¿Debe el editor preguntarle al crítico si existe algún conflicto de interés antes de pedirle escribir sobre un libro?: 46,2% dicen que sí.

Ya. La primera es muy clara y abrumadoramente alta. Si yo fuese crítico literario respondería igual que la mayoría: ¡que jodido escribir sobre el libro de tu amigo! Pero ese soy yo, que de tan recatado ni siquiera uso mi nombre.

La segunda cifra parece una vuelta de tuerca de la primera y por lo mismo me parece raro que sólo la mitad -la mitad de la cifra anterior, esto es- piense que es deber del editor preguntarle al crítico sobre su propia situación respecto del autor de un libro. ¿"Conflicto de interés" acaso no incluye también al amiguismo?

Hagamos un paralelo, quizás exagerado, pero que puede ayudar. Cuando a los periodistas se les reclama que se acercan demasiado al poder -o sea, que se vuelven demasiado amigos de los políticos o incluso del presidente, con quien algunos incluso toman desayuno- porque eso les nubla la capacidad crítica, los emboba o los vuelve inusualmente poéticos y arcanos para deslizar los palos necesarios, ¿no estamos hablando de las mismas reglas de juego? No quiero ir en contra de la amistad, que es un sentimiento tan bonito (finalmente todos tenemos derecho a ser amigos de quien nos de la gana). Pero cuando estamos dentro de un debate público, creo, estimo, que la amistad sí puede ser una pajita en el ojo crítico. Y hay que ser hidalgos en reconocerlo. En reconocer la pajita, digo, y en reconocer la amistad.

Vayamos al Dominical de ayer. Leo una reseña de El inventario de las naves de Alexis Iparraguirre. El señor Iparraguirre ha comentado un par de veces en este blog, cosa que agradezco porque es una persona muy inteligente y que gusta de ser incómoda. Lamentablemente no puedo decir que su libro me gustase, pero eso es muy secundario.

Sin embargo, sí me llamó la atención que Marco García Falcón -cuyo primer libro París personal me pareció muy bueno, pero cuyo estilo estaba por encima de lo que se contaba, como suele suceder con las plumas refinadas como sin duda es la de él- estuviese a cargo de la elogiosísima reseña. Y cuando digo elogiosa, es porque es elogiosa:

Decía Kafka que los verdaderos libros, los que valen, son hijos de la noche y que su lectura nos depara la misma sensación que nos deja una muela en absceso arrancada sin anestesia o el golpe certero de un martillo que resquebraja todo un continente de hielo. El inventario de las naves pertenece a esa elevada pero cada vez menos renovada estirpe de textos que no ceden a la fácil complacencia.
Genial. Ahora: según sé y según me cuentan, García Falcón e Iparraguirre son muy amigos. No estoy diciendo con esto que la reseña de García Falcón no sea certera, ni que no haya hecho realmente un ejercicio de distancia afectiva para concentrarse solo en el texto, ni que haya aprovechado la situación para ayudar a un pata. No. Sólo digo que cuando un lector como yo se encuentra con un caso como éste lo primero que hace es cerrar el periódico, olvidarse de la reseña y muy probablemente olvidarse de darle una segunda -ya lo lei una primera vez- oportunidad al libro. ¿Conflicto de interés? Sí pues, eso hay, a no ser que la cosa hubiese estado escrita en primera persona y dijera algo como "mi amigo Alexis", etc, como una suerte de homenaje a la amistad literaria, que muchas hay y muy fructíferas. Al menos, el lector ya está avisado.

Soy ladilla por una razón. Porque entiendo que muchas de las quejas de los jóvenes escritores giraban alrededor del amiguismo de las viejas generaciones en las reseñas o en la oportunidad que tenían de mostrar su trabajo en algún medio. Si mal no recuerdo, el hepático y joven Jerónimo Pimentel en Caretas lanzó metracas de alto calibre contra Iván Thays por esos motivos:

De la misma forma, habría que desglosar múltiples minucias para explicar a los amantes de la literatura por qué Thays no invita a un considerable grupo de escritores destacados a ‘Vano Oficio’, o por qué ellos no están dispuestos a participar en el show de quien los menosprecia sistemáticamente, para entender por qué una importante parcela de artistas de todas las edades y escuelas no tienen la posibilidad de participar en el único programa de literatura que se permite la televisora del Estado. La lista de literatos es tan amplia que sus nombres juntos sólo renuevan la vergüenza: en narrativa, desde el genial Miguel Gutiérrez al prometedor Alexis Iparraguirre; en poesía, desde el consolidado Tulio Mora al talentoso José Carlos Yrigoyen.
En esa lista estaba el sr. Iparraguirre. Pero, ¿cómo entender que de pronto las mismas tácticas denunciadas sean ahora parte del menú del reseñismo reciente? Aclaro: ni el sr. Iparraguirre ni su libro tienen la culpa de nada, o sea, de estar en medio del fuego cruzado, ya sea a favor o en contra. Sólo señalo lo que me parece una práctica bastante extendida: la reseña o la atención mediática del amigo. Ya hasta dan ganas de llamarlo clientelismo cultural.

Ahora, también entiendo que NO ser amigo -o enemigo, para el caso- en un medio tan pequeño como el local puede ser casi un síntoma de misantropía patológica. ¡Todo el mundo se cruza con todo el mundo! Pero algo se tendrá que hacer si queremos un debate que sea útil para la opinión pública. Porque sacar el detector de amistades o enemistades, vamos, eso no ayuda mucho.

Un detalle último. Chequeando también Correo ayer me topé con la reseña del siempre correcto José Güich sobre el último libro de Bryce. No sólo es lapidaria, es todo un cortejo fúnebre:

(...) los escandalosos defectos del libro, que cubren un amplísimo espectro, relucen de inmediato para cualquiera que maneje un mediano conocimiento del narrador. Y confirman un secreto a voces, en el mejor espíritu de aldea limense: todo terminó con La vida exagerada de Martin Romaña (1982). Si se trataba de fustigar crisis personales, el libro contiene, sin duda, los signos de un ejercicio terapéutico (impublicable, en su estado actual); por otro lado, revela la triste caída artística y humana -por no decir, decadencia- de alguien que hoy defrauda, en múltiples ángulos, a una tribuna que le profesó cálidas adhesiones.


Por supuesto, en Moleskine, Thays -amigo de Bryce- saltó de alegría cuando hubo una buena reseña de Las obras infames de Pancho Marambio:

Como "brillante ejercicio de narrativa seudobiográfica" califica Joaquín Marco en El Cultural de esta semana a la novela de Alfredo Bryce Ecenique Las obras infames de Pancho Marambio, editada por Planeta. También aclara: "su novela se mueve una vez más en los nada fáciles registros humorísticos. Y, sin embargo, subyace bajo la anécdota y los histriónicos personajes un evidente sentido trágico". La reseña anuncia lo que yo confirmo en el libro: sin duda, para dolor de algunos sepultureros prematuros, el mejor Bryce asoma por estas páginas.


La lección no es que Güich esté en lo cierto y que Thays no. No. La lección es: habría que ser bien hijodeputa para hablar mal del libro de tu amigo públicamente. Yo no podría.

Sunday, December 16, 2007

Aquí todo es más lindo, más fácil, como lo soñaba


Aproximaciones analíticas de un futuro trabajo a publicarse en el IEP alrededor de ese documento audivisual denominado "Carmín".

1.1 Es probable que los televidentes de hoy se hayan topado con un divertido comercial de Claro donde una adolescente se resuelve a besar al chico de sus sueños al son de la canción de Roxana Valdivieso llamada "Carmín" que, a su vez, era la canción símbolo de la telenovela del mismo nombre emitida durante los años ochenta (1984) dirigida por uno de nuestros grandes valores llamado Luis Llosa.

1.2 Los que vivieron los ochenta tienen sin duda alguna memoria de la novela y de la canción (que es, en realidad, un clásico), mas es una inquietud de esta monografía descubrir si es que acaso Carmín significa algo para las chicas y chicos de veinte años para abajo. ¿Qué tan vivos siguen los ochenta en el imaginario de nuestra juventud actual?

1.3 Haciendo algo de memoria, el autor de estas líneas intentó reconstruir lo que vagamente recordaba de la novela. La historia principal se centra en las clases de un "instituto" (1) para señoritas, casi todas -es de suponerse- entre los dieciséis y diecisiete años. Uno de los cursos es el de "Historia del Arte" donde un joven profesor llamado Mariano Tovar, de personalidad circunspecta, seria y algo gansa, se gana los corazones hormonales de sus pupilas, sobre todo de una llamada Fiorella Menchelli, probablemente la más revoltosa.

1.4 Sin embargo, a pesar de los suspiros adolescentes de los que es objeto, el profesor Tovar no posa los ojos sobre las chibolas, sino sobre la elegante y sobria Claudia Menchelli (2) , tía de Fiorella, a quien conoce a la salida de las clases.

1.5 En este punto la memoria es difusa. El autor no sabe si el profesor Tovar y la tía llegan a tener relaciones íntimas. Es de suponer que sí. Sin embargo en un giro que dejaría a los televidentes estupefactos, el serio profesor Tovar comienza a sentirse inequívocamente atraído a la muelona Fiorella, que ni tantas curvas tenía, colocándolo en una posición realmente comprometedora, no sólo por las perturbaciones de sus ímpetus peneanos, sino porque éticamente, según las reglas del instituto, la cosa tampoco se veía muy bien que digamos.

1.6 La memoria es más difusa aún. Fiorella y, a estas alturas, el simplemente denominado "Mariano" se enamoran y se besan. Por favor, tomar en cuenta los siguientes puntos: a) Fiorella es menor de edad. b) Físicamente las diferencias de edad de ambos son notorias: el profesor Tovar podría ser tranquilamente el padre de Fiorella. c) Dicho lo anterior, ¿hay acaso algún guiño nabokoviano en el guión? (3) d) ¿O el guiño es más bien vargasllosiano, entendiéndose que Tovar, hombre privilegiado como pocos, coronó con la tía y con una sobrina que poco a poco se hacía más mujer y más buena, y que es un lugar común del universo de nuestro preclaro escritor sentir "cositas ricas", como dirían sus personajes, por las transgresiones incestuosas?

1.7 La tía Claudia se entera de la traición por partida doble y comienza a enloquecer. La locura se expresa en forma de serios raptos de maldad (4). Pero curiosamente, la novela está escrita de tal modo que los televidentes toman partido por Mariano y Fiorella, bajo la creencia de que el poder amor no sólo lo puede todo, sino que siempre está justificado. Este punto es seriamente controversial, porque ¿alguien podría culpar a Claudia por sentir tanto resentimiento? En este punto el autor pide un minuto de silencio y que los lectores se coloquen en el lugar de la tía. ¡Qué pendejo era el Tovar!

1.8 El autor ya no recuerda más. ¿Llegan los amantes a escapar por la situación asfixiante del entorno? ¿O los que fugaron fueron otros? ¿En qué momento es desvirgada Fiorella? ¿Qué opina la madre de Tovar? ¿A qué se dedicó el profesor después para mantener a su amante-hija? Se pide colaboración de los comentaristas para completar las lagunas.

1.9 Finalmente el autor se pregunta si es que este canto al viejo verde y al complejo de Electra sería soportable en nuestros tiempos tan conservadores.





(1)¿Algo como la Toulouse o la Charles Chaplin? El autor era en ese entonces muy mocoso para recordar cuáles eran los referentes pedagógicos postescolares de la época.

(2) Interpretada por el mujerón Lourdes Berninzon.

(3) Los libretistas responsables eran Augusto Tamayo, Mario Ghibellini y José C. Huayhuaca.

(4) El autor supone que en algún momento la tía dijo "me las van a pagar".



Yapa

Saturday, December 15, 2007

Zileri entrevistado por Hildebrandt


No se ha ido del periodismo, sigue ahí. En su último programa radial del año, César Hildebrandt entrevistó a Enrique Zileri, "el periodista más importante de la segunda mitad del siglo XX peruano". Hablan de todo: optimismo en el periodismo, Alan García, 9.11, que es Caretas, su hijo Marco, entre muchas otras cosas más. Al final, CH da su veredicto sobre estos cuatro numeros sin EZ al frente de la revista. Hace unas semanas dije que era el fin de una era. Bueno, es el comienzo de una nueva. Aquí la fantástica conversación (50 min.) en la parte 2 por si no la escucharon gracias a aldiaconhildebrandt.blogspot.com/

Friday, December 14, 2007

Hueveos del cerebro musical

La posibilidad de hacer música o de volverse músico siempre me ha llamado la atención. Es decir, ¿cómo alguien pasa de no saber qué hacer con los dedos -o los brazos o los pies- a aprender poco a poco a moverlos según un tiempo y un ritmo? Si consideramos que las personas comunes y corrientes por lo general no tienen impedimentos fisiológicos, en teoría, cualquiera de ellas podría tocar un instrumento musical con cierta gracia si se lo propone.

Hace años aprendí a tocar la guitarra y el aprendizaje resultó bastante satisfactorio. Pero mientras iba avanzando en las lecciones descubrí con el tiempo que de un nivel NO iba a pasar. En mi caso el aprendizaje sucedió al inicio muy rápido a los catorce -que es la misma edad en la que Jimi Hendrix tuvo su primera guitarra si no recuerdo mal- y de pronto, un par de años después, llegué a un techo. El descubrimiento del techo trae como consecuencia el desánimo y el desánimo desemboca en aburrimiento. Porque si bien tienes la ilusión de rozar aunque sea con un tartamudeo dactilar el Concierto de Aranjuez o los Panaderos Flamencos de Paco de Lucía, el techo de la realidad te da un buen combo en la chimba: tú quédate no más con el intro de Slash en Sweet Child O' Mine (aunque cuando te vuelves más viejo recién te das cuenta que una cosa es darle a las notas y otra interpretar, y que Slash es un capo). Mientras veía cómo algunos amigos seguían el camino del virtuosismo (so to speak), yo me conformé con lo aprendido, que la verdad era más que suficiente para pasarla bien.

También intenté otros instrumentos. El piano me resultó imposible porque nunca pude independizar la mano izquierda de la derecha (es decir, ahora sólo puedo acompañarme tocando acordes con la derecha y bajos en octavas aparatosos con la izquierda, o sea, como toca Chris Martin en Coldplay). La quena la empecé no hace mucho después de un viaje andino y la cosa no va mal. Creo ver una flauta traversa en mi futuro. Disciplina, dedicarle un buen tiempo al día a los ejercicios, empeño, concentración: todas esas cosas ayudan a dominar un instrumento. Y la cosa va bien hasta que de pronto te encuentras con el techo. Qué hay exactamente en mi cerebro musical que sólo me permite ir hasta cierto nivel, es lo que muchas veces me he preguntado.

El neurólogo Oliver Sacks -el mismo de Awakenings- acaba de publicar un libro sobre las relaciones entre la música y el cerebro. Se llama Musicophilia: Tales of Music and the Brain y se ve bastante interesante, a pesar de una que otra reseña donde le dan con cierto palo (existe una elogiosa de la Kakutani, pero el texto está algo monse). El libro es un conjunto de historias médicas que tienen como característica notoria las aptitudes musicales o la influencia de la música en ciertos pacientes. Felizmente Amazon ha tenido la buena idea de poner algunos videítos donde el propio Sacks cuenta maravillosamente bien alguna de las historias: está el caso de un músico que tiene amnesia para todo menos para la música; la influencia positiva de la música en pacientes con Parkinson; y la historia extraordinaria de un cirujano que recibió el choque de un relámpago a través del teléfono que lo transformó: de ser una persona sin mayor interés en la música, semanas después del incidente empezó a sentir una irrefrenable sed por escuchar música de piano y, luego, de tocar el piano. Dejó la cirugía y empezó a aprender y a componer. Esta última historia es realmente de Ripley. Entérense aquí.

Una pequeña fábula sobre el aprendizaje musical que siempre recuerdo existe en la película Groundhog Day, clásico para muchos y para mí también. Bill Murray, condenado a vivir el mismo día una y otra vez hasta la eternidad, decide aprender a tocar piano para conquistar a la chica. Día tras día, hora tras hora, lección tras lección, Murray empieza a volverse cada vez mejor, hasta que finalmente la sorprende:



Porque es un hecho: ellas se cagan por los músicos.

Tuesday, December 11, 2007

Periodismo vs. literatura


Se vienen las listas de lo mejor del 2007 y, cuando se trata de libros, el asunto a veces queda en las menciones a las mejores novelas, mejores libros de cuentos y mejores poemarios. Pero desde hace un tiempo, el Perú tiene una buena producción de libros de no-ficción deliberadamente escritos para el consumo amplio (crónicas y reportajes, sobre todo) que no suelen estar en el podio ganador a pesar de haber encendido el debate mucho más que la ficción. Este año el golpe editorial lo tuvo Santiago Roncagliolo y La cuarta espada, cuyo posterior debate creo que dejó algunas lecciones.

Otro par de libros populares fueron Secretos del túnel de Umberto Jara -que acaba de editar una edición aumentada de Ojo por ojo- y el celebrado –por aquí al menos- Rajes del oficio de Pedro Salinas. Si se cree que existen pocas reseñas de libros literarios, los de no-ficción son mucho más raros aún (una excepción ha sido el libro de Ronca). Pero en compensación tienen una feroz exposición en prensa en notas amables a los autores. Para algunos lectores, creo, esa atención mediática los hace sospechosos, porque el sentido de la oportunidad comercial parece ser la única razón de ser de su publicación.

Para mí, por ejemplo, es un síntoma de estas diferenciaciones que el todismo del Moleskine de Thays no mencionara en ninguna parte ni el libro de Jara ni el libro de Salinas, pero que sí le dedicara un post a la lista de los mejores libros del New York Times, lista que incluía libros de no-ficción y entre los que se podía leer un título como Los nueve: dentro del mundo secreto de la Corte Suprema. Haz de tu blog lo que quieras, dijo alguien.

Pero el periodismo también puede ser algo desdeñoso con la selección de los literarios. Ayer Fernando Vivas dedicó su columna al libro Lima freak de Juan Manuel Robles (antes la había dedicado a Pequeños dictadores de Luis Felipe Gamarra, ya que ambos, Robles y Gamarra, empezaron trabajando juntos, pero terminaron publicando por separado). El texto es elogioso y viene con un par de líneas algo ladillosas con la literatura . Dice Vivas:

Como periodista, [Robles en su libro] privilegió la observación y en los mejores casos esta se ha impuesto a la mera construcción literaria del personaje. El método ha sido tan o más importante que el estilo y al final del libro Juan Manuel entrega una suerte de guía que puede ser útil para que otros se lancen a la caza de sus propios 'freaks'.

Desde este "Mucho ojo", aliento la cacería porque, mientras nos llenamos de montañas de poesía y narrativa intrascendente, escasean los ensayos biográficos que nos ayuden a comprender nuestra fauna de pantalla y, de esa forma, a nosotros mismos.

No creo que Vivas se la agarre con la literatura como una forma de ver las cosas. Es más, en alguna de sus columnas elogiaba la chamba de los blogs literarios. Pero creo que sí apunta -sin mencionar ningún libro específicamente "intrascedente", lo que al fin y al cabo es una ligereza- a esa carencia que muchos escritores jovenes o viejos ostentan con cierto orgullo y que a los periodistas les sobra: el sentido de la pertinencia, de estar siempre con el olfato atento a lo que sucede alrededor, a saber diferenciar lo que es interesante de ser leído de lo que no, a no confundir el ombliguismo opaco con el estilo o las inquietudes personales.

A veces pienso como él y a veces no. ¿Cuando pienso como él? Cuando el periodismo rescata esos temas que para nuestra literatura -carajo, tan solemne la mayoría de las veces- mira de reojo: la cultura popular que nos ha dado tantos grandes personajes, mitos y lecciones. ¿Cuándo no? Justamente por lo mismo: cuando el estrepitoso zapping mental de la actualidad sólo encuentra la paz en un poema a la inmovilidad de la planta. Y así uno llega a la pregunta de siempre: ¿para qué uno lee literatura? ¿Para qué sirve?

To be continued (no se cuándo pero en algún momento)

Friday, December 7, 2007

Sodamanía: cuenta regresiva


Donde el bloggista lanza un S.O.S y pregunta si alguien lo quiere o acompañar a La Cúpula

Mañana es el concierto del año en el Estadio Nacional y he estado como seguramente han estado todos los que tienen una entrada: reescuchando completa la discografía de Soda Stéreo. Sigo pensando que este grupo es nuestra versión de la beatlemanía, aunque con sus particularidades: una carrera que empezó haciendo odas satíricas de la vida "moderna" de ese entonces -el Soda Stéreo (1984)- y que derivó en esta suerte de sonido casi intemporal con un lirismo erótico bastante abstracto -Sueño Stéreo (1995)-. Un crítico, creo, vería una oposición entre la "soda" y el "sueño". Son los extremos de un crecimiento que varios tuvimos la fortuna de vivir. Es el soundtrack de muchas vidas adultas de hoy.

Como toda buena discografía es difícil escoger UN solo disco, o sea, el mejor para llenar la encuesta. Nunca entendí por qué muchos piensan que el Cancion animal lo es. Tiene por ahí un par de rellenos que no soporto mucho: "1990" y "Sueles dejarme solo", que es una nueva versión de "De música ligera". Tengo una teoría: sospecho que es porque nadie entendió muy bien ni disfrutó el funk neoyorquino del Doble vida (1988) -una roca estilística obra de Carlos Alomar, el productor, quien es también el artífice del momento más bochornoso del grupo: el rap de "En el borde"- al punto que respiraron aliviados con aquella "vuelta a la forma" (la "forma" es el sonido de Signos (1986), el Soda Stéreo por excelencia).

Pero el alivio es engañoso, porque el Canción animal (1990) aún tiene el sonido de los ochenta. De haber seguido así Soda no hubiese sobrevivido el cruce generacional y se hubiera quedado, creo yo, como un grupo nostalgia. En vez de eso sacaron el Dynamo (1992), su mejor álbum.

Curiosamente, a pesar de todo el menjunje seudoelectrónico, nunca sonaron mejor como un trío compacto, no desde el primer disco. El Dynamo es un ruido maravilloso, como alguna vez me dijera una amiga acerca de otra cosa, porque hay grandes secciones que son sólo eso: ruido. Sí, ya sé que el Loveless fue mucho más radical. Pero entenderán la idea sin joder.

El remate con Sueño Stéreo (1995) es perfección pura, pero sin experimentos. Es un alarde de la sofisticación para hacer canciones, de los músicos soltando música por eso es lo que tienen que hacer. Y, claro, con unas letras tan pulidas como la siguiente:

Un nuevo acorde te hace mirarme a los ojos / Aún tengo al sol para besar tu sombra

En fin, todos tendrán su propio rollo con el grupo. En realidad la idea del post era ver quién más va a La Cúpula mañana a ponerle punto final a una parte del pasado y me fui por otro lado. Huevadas de fan.

Thursday, December 6, 2007

La rica feria


Donde el bloggista habla de la Feria

Uno de los buenos antídotos que tengo para el malhumor es ir a comprar libros. Hoy, antes del temblor, estaba medio depre así que enrumbé hacia la feria de Miraflores, modesta, pequeñita, dispuesto a seguir gastando en cualquier cosa que tuviese hojas. Era mi segunda visita.

Hace un tiempo se hablaba de la famosa reducción de aranceles para las importaciones de libros. Bueno, si eso ya entró en vigencia, en la Feria Ricardo Palma no se siente para nada, chocheras. Los libros siguen flotando en el éter inalcanzable de los habitantes de Chorreolandia.

Por ejemplo: busqué la famosa nueva edición de El Eternauta, recomendada por dos bloggeros enemigos, pero unidos por un mismo universo paralelo, y cuando lo encontré, el librito -que no es tan grande- resultó costando 120 soles por cortesía de Contracultura, la librería especializada en cómics. Paso. 2666 de Bolaño, que algun dia tendré que leer para reivindicarme por el lanzamiento de bala que hice con Los detectives salvajes después de la insoportabilidad de sus cuarenta páginas iniciales, está más de 200 soles. Re-paso. En general, casi todas las importaciones buenas de Océano -léase Anagrama- cruzan la barrera de los cien soles. Tienen un stand arrinconado con ofertas a diez lucas, pero bueno, no encontrarán nada interesante por ahí. Por eso están a diez lucas.

En un lugar de privilegio está ese stand de libritos microscópicos que siempre parecen ser la mejor metáfora de la cultura del libro en este país. ¿Cuánto medirán? ¿5cm x 2.5 cm? Eso no importa, porque colgando del techo hay un vistoso letrero que nos disipa todos los miedos: "100% legibles", dice. Menos mal.

Seguimos caminando. Recordé una nota leída por ahí que hablaba de las buenas ofertas de los libros editados por el Fondo Editorial del Congreso. Casi chapo el volumen recientemente editado sobre Blanca Varela, pero en un ensayo empecé a leer cosas como "resignificación". Para eso, y considerando que es un tomo de considerables páginas, iba a necesitar mi buena sal de Andrews. Pasé sin preguntar por el precio. Pero quizás vuelva por él en un par de meses. Dejé ese stand un poco frustrado, pensé realmente encontrar algo que me llamara la atención con jolgorio automático.

Por ahí no más estaba el stand del IEP. Pero vi que los títulos que me interesaban ya los había comprado en otras ferias. Y también vi que los libros siguen saliendo con la estética del "¡NO ME COMPRES!" Por ejemplo, esta perla: ESPACIOS DE EXCLUSION ESPACIOS DE PODER. EL CERCADO DE LIMA COLONIAL (1568-1606) de COELLO DE LA ROSA, Alexandre. O este otro, virtuosismo de la generalidad, del de-todo-un-poco and beyond: HISTORIA, SALUD Y GLOBALIZACION de CUETO, Marcos; ZAMORA, Víctor (eds.). Sí, comprendo que el academicismo tiene sus bemoles y que sus gratificaciones intelectuales son superiores a sus escollos estilísticos. Pero espero con ansias aquel día en que el rigor haga buen maridaje con el roncagliolismo bien entendido y practicado y podamos tener libros que informen bien, pongan al día y que se lean con real placer. ¿Dónde podemos conseguir a ese editor-divulgador con real sensibilidad académica y estética (y/o comunicacional)? He ahí un eslabón que falta crear.

De todos modos llegué a un título que sí me llamó la atención y que compré: Perú en la era del chino: la política no institucionalizada y el pueblo en busca de un salvador del japonés Yasuke Murakami, que es un recuento muy lineal de la década fujimorista y que parece interesante por ser una mirada desde afuera. Veremos cómo me va.

En Planeta hay algunas buenas ofertas y compré varios libros ahí. La tentación del fracaso de Ribeyro, que leí en la universidad en la versión Campodónico, bajó de 150 soles a 70 y se fue directo a la bolsa para completar la biblioteca. También llevé Goodbye, Columbus la primera novela de Roth que finalmente ha sido editada este año, aunque con una oferta sutil del 10% (70 soles, precio final). Es lo que empezaré a leer de inmediato.

En Santillana chapé La novela de Perón de Tomás Eloy Martínez (24 soles) que leí hace años vía préstamo y de la que tengo un recuerdo estupendo al punto que siempre me pareció mejor que Santa Evita. La reeleré en algún momento de tristeza (de paso: de Martínez también recomendaría, sobre todo si quieres ser un cronista de fuste y en las antípodas del otro Eloy, o sea del Jáuregui, Lugar común la muerte, realmente formidable; con la misma intensidad, pero en negativo, pasar por alto la novela premiada El vuelo de la reina, que para mí fue toda una decepción; pero en general la prosa de Martínez es lo que los gringos llamarían muscular
[muhs-kyuh-ler], o sea, una buena vacuna contra el etiquetismo). Además, finalmente me impondré la tarea de leer Libro de Manuel de Cortázar (29 soles) que he estado posponiendo desde siempre.

Así fue mi visita a la feria más un par de cosas más por ahí, pero que alargaría ya bastante lo largo de este post. Quizás vaya una tercera vez, tal vez a sentarme en ese simpático domo que han armado aprovechando el anfiteatro de gradas de cemento y que se usa para las presentaciones de libros.


Wednesday, December 5, 2007

La muerte de media Rita


Hubo un tiempo, allá por el 86 o el 87, no recuerdo bien, en que la radio pacheca peruana -a la que fui adicto porque de niño no me solía importar nada, como ahora- tenía una fijación con los franceses. Por ejemplo: el ultratrajinado -y buenísimo- concierto Au Zenith de Indochine se convirtió en un clásico instantánteo; un grupillo llamado Cyclope fue traído a Lima casi como atracción exótica, después de tener un par de hits modestos e inventados; y, por último, nos llegó también la ola de un hit mundial llamado "C'est Comme Ça" de un dúo pop delirante y legendario llamado Les Rita Mitsouko. Muchos no entendían ni jota de lo que decían todos ellos y es posible, sólo posible, que la Alianza Francesa haya visto sus matrículas engordar en esos días. Habría que preguntar.

La noticia triste es que el guitarrista Fred Chichin de Les Rita Mitsouko acaba de morir. Tenía 53 años. Me enteré saltando de video en video en YouTube y leyendo los comentarios de los fans que escribían sus condolencias. Nunca fui un seguidor del grupo ni de su larga carrera (este año sacaron un nuevo disco, Variety), pero "C'est Comme Ça" siempre ha estado en mi lista de canciones favoritas. Aparece en el álbum No Comprendo (1986) producido por Tony Visconti, quien, como seguro saben, le produjo varios álbumes a Bowie, dato que me lleva a decir muy libremente que la excentricidad arty de los franceses quizás tenga algo de bowiesca. En fin, aquí va otra hora del lonchecito, pero en francés. Esta noche bailaré solo:

Tuesday, December 4, 2007

Basta de flojera


Donde el bloggista se despacha con huevadas varias acaecidas en los ultimos días

Tuve ganas de cerrar este blog porque el ánimo no me daba para seguirlo llenando. Pero creo que sólo fue temporal. En todo caso remataré hasta fin de año y de ahí quizás no vuelvas más. Lo único que tengo en claro es que la política me está llegando al huevo y que ahora sí prefiero vivir en la burbuja. De todos modos, me llamaron la atención algunas cosas estos días y que pudieron motivar posts, pero la fuerza ni el humor me dio para tanto. Aquí los pendientes:

Una comparación bien weird: el crítico literario es como un cirujano. Hay algo que está mal con esa figura y que no tiene que ver con la petulancia. Ya van varios que dicen lo mismo y sólo imaginarme a alguien llevando su libro para que el doctor le haga diagnóstico me hace doblarme de la risa. ¿Qué hacemos con un crítico que incurre en una mala praxis, o sea, que mata al libro? ¿Le quitamos el cartón, lo encarcelamos? ¡No estaría mal!

Una columna estúpida: Aldo Mariátegui elogiando el estilo oratorio de Alan García. Esta bien que se haya vuelto su chochera, pero ni con el asalto a cuestas puedo entender que alguien se tome la molestia de analizar la sarta de lugares comunes huachafos de nuestro presidente. La vida es sueño, Alditus, pero la franela aquí es demasiado tangible y real.

Condón, el SIDA, sexo, gays: Está bien que se repartan condones, pero también me cansa oír elogios a la arrechura completamente desmedidos que pretenden combatir la moral "medieval" de la Iglesia. Pensar que el ser humano no es capaz de controlar su comportamiento sexual es impresionantemente absurdo, tan absurdo como no creer que un hombre pueda, en medio de una erección descomunal, tomarse el tiempo de sacar un paquetito, abrirlo, colocar el jebe en la puntita y luego meterla. ¿Es posible o no? ¡Claro que sí! Entonces, ¿por qué tanta cantaleta con una Iglesia que le pide a su grey que la sexualidad se viva a su manera, o sea, aguantándose, sublimando, esperando hasta el matrimonio, tratando de construir confianza y fidelidad? La pongo mas fácil: he vivido la promiscuidad y he tenido los huevos de corbata algunas veces. En ese sentido, lo de la Iglesia no suena mal y es tan válido como cualquier método. Y lo mismo creo que va para los gays católicos: si ellos creen que su dios les pide ser heteros y se "esfuerzan", me parece perfecto. Si algunas nenas se ponen tetas y botox, no veo por qué la cirugía espiritual no sea posible y altamente humana.

CADE: ya estoy hasta la coronilla de oír que los empresarios han aprendido que sin inclusión el país no camina. Carajo, cambien ya de disco rayado, pues. ¿Esa no fue la lección del CADE anterior? Como se ve que ninguno se sintió una verdadera papa en el costal aquella vez.

El sofisma del año: ¡creer que porque Chávez aceptó la derrota ya se volvió democrático! Parece que no lo escucharan hablar, tremendo pendejo. En fin, para las luces que no encontrarán en este blog leer este editorial del New York Times donde se compara al venezolano con Putin, que nada igualmente en riqueza y que también es un control freak a nivel estatal.

Continuaré, más cultural que nunca.

Sunday, November 25, 2007

Viaje a la semilla


Los ayes por la derrota del 5-1 siguen soltando sus ecos y da la impresión que el fútbol peruano como selección se encuentra rumbo a una implosión ineludible. Discusión por premios, la renuncia del impresentable Juvenal Silva, jugadores que no quieren jugar, jugadores que no quieren ganar y entrenadores que no la ven.

Hoy en Peru21 leo una buena entrevista al Veco que como periodista deportivo al menos tiene la virtud de no ser un cúmulo de tantos lugares comunes cuando habla, como sí sucede con sus pares. Aún así, la última vez que lo escuché en su programa radial, además de hacer comentarios, también tuvo tiempo de contar chistes (!), sorpresa que no supe si tomarla con gracia o con pena (el repertorio incluía chistes de suegras o de borrachitos).

Las ideas del Veco son bastante claras: la responsabilidad mayor de la derrota cae en los jugadores. ¿Por qué? Simplemente porque no les interesa como grupo matarse por la selección. Son profesionales: vienen, cobran y se van. Cero emoción, cero sentimiento, cero sintonía con el aficionado. En este grupo se incluye a Pizarro y Farfán, y a otros "extranjeros" no tan abiertamente mencionados que se creen la última coca-cola del desierto cuando vienen acá:

El futbolista que viene de Europa no puede venir pensando que él juega allá y que aquí le tienen que hacer la venia, no, no, no. Acá vienen a romperse como se rompen todos, como hacen los paraguayos.

Otra idea que me sorprendió del siempre buena onda del Veco fue su poca preocupación por la tan mentada desafiliación. Dice don Emilio:

Creo que hay mucha gente que está convencida de que no vamos a clasificar. Entonces, la desafiliación de la FIFA, que en un principio era una hecatombe, ya no lo es tanto. Yo creo que ahora ya no se tiene miedo, ahora se quiere la desafiliación: 'bueno, se acabó esto y ahora vamos a cambiar todo, hasta los ceniceros'.

Hasta no hace mucho pensaba que los que pedían la desafiliación de la FIFA estaban muy desubicados. Pero en la medida que una selección tiene su razón de ser en el pacto tácito de confianza entre este grupo privado que se dedica al fútbol y la gran masa aficionada que lo respalda, y teniendo además ese grupo tan reducido de futbolistas y dirigentes el peso de una representación nacional, una postura intervencionista y política no me parece ahora tan desorejada. El descontento de la gente es mayúsculo y, aunque yo no soy aficionado, puedo entender los sentimientos involucrados. Personalmente me es jodido compatibilizar mis propias emociones tan poco nacionalistas con la idea misma de una selección nacional, pero comprendo que sin patriotismo o una férrea identificación con sus símbolos nacionales o su historia, es bien yuca que un futbolista saque del forro ese plus de compromiso en una eliminatoria (por lo que el deporte de competencia internacional a mí me sigue pareciendo extraño y, hasta cierto punto, primitivo. Pero ese es otro tema). La camiseta futbolística peruana está bien devaluada y los futbolistas sólo reflejan con su alpinchismo el estado de las cosas.

Con todo, la intervención no pasaría de ser un gesto, una medida de fuerza tipo Construcción Civil, una pataleta estéril porque las reales medidas de solución son en el muy largo plazo. Así como la educación, el tema del fútbol, ya se sabe, ya se dijo, ya está casi científicamente comprobado, viene desde que el futbolista es niño: sin competitividad en divisiones inferiores por falta de campeonatos, de organización, de plata, de papeo o lo que sea, olvidémonos de soñar por un cupo en un Mundial. Los jugadores no nacen, se hacen.

Thursday, November 22, 2007

Felipe Pinglo meets Billy Idol


Aún el jabón Bolívar no me quita todas las manchas por más que refriego y refriego después de sentirme salpicado por efecto de la chaira de fino filo de Faverón Patriau ("A mí, si se me permite la observación, la poesía de Montserrat Álvarez me parece tópica, sordomuda, superficial y efectista. Si en un mundo anacrónico Felipe Pinglo Alva tradujera al español las canciones de Billy Idol, tendrían que sonar como suenan los poemas de Zona Dark"). De la Montserrat no debe haber quedado ni la sombra y, si quedó, también ésta está hecha jirones. Pero ya ni me atrevo a ver: eso ya es tarea de la vieja PIP o de Gil Grissom. Lo que me parece curioso, oteando un poco más allá de la escena del crimen, es que Billy Idol se haya visto involucrado en un ajuste de esquina de siete puñaladas completamente ajena. Es un poco injusto, creo yo, porque "Dancing With Myself" siempre fue un vacilón y "Eyes Without A Face" tenía su misterio. Mi favorita sigue siendo "Hot In The City", pero si no te gustan las fiestas temáticas ni bailar, entonces no te molestes en buscarle la polisemia o, al menos, no te molestes conmigo. De Pinglo sólo puedo decir que siempre me cautivó de su obra cumbre "El Plebeyo" ese cambio de tono de menor a mayor a mitad de canción: va muy bien con la letra, con el anhelado triunfo del amor. Y es con ese ánimo erótico que me solidarizo en este post con la víctima arriba mencionada en un rapto de lírica necrofilia pues, por más poeta dark que sea, su sangre también tiñe de rojo:


Electroshock


Osea, en un electroshock hay harta poesía
Yo no computo aún por qué nadie le ha escrito un
poema al electroshock
Al principio, claro, es una mierda, pero todo
principio es una mierda
la primera vez que lo haces, por ejemplo,
cuando eres hembrague
o la primera vez que te zambulles desde el
trampolín de una piscina
Inclusive, piensa en el infierno: al principio debe
ser insoportable
ese incendio eterno que jamás te consume para que
tu dolor sea infinito
pero luego tiene que ser bacán moverte
indestructible en todas esas llamas
sorprendentes,
lenguas de fuego de textura incógnita igual que un
baño de cristales rojos
Y, si lo piensas bien, en el fondo el infierno debe
de ser lo más placentero del mundo
Entonces, yo te digo que un electroshock es tan
placentero como el mismo infierno
El primer momento es espantoso: sentir cómo te
están separando tus huesos hasta hacerte
perder tu forma humana
o cómo te destruye poco a poco por dentro una
fuerza sin cara
Pero luego detienes tu consciencia una vez que ya
estás dentro de la cosa
Primero es como si una serie de telones qe nunca
habían sido levantados
se empezarán a alzar en tu cerebro, igual que en
un teatro que al mismo tiempo fuera muchos
otros teatros sucesivos
-si bien estos telones no son rojos, sino de un
azul furiosamente rojo,
y su tacto no es el del terciopelo, sino helado y
marítimo, como el de una malagua de
ultratumba-
Entonces te comienza a parecer que los límites de
tu caja craneana son los límites del Cielo y
de la Tierrra
y tus ojos se estiran sin romperse hasta llegar al
borde superior de todo el universo conocido
-o sea, hasta la punta de tu frente-
Ta que en ese momento tienes omnipotencia,
omniprescencia, todas esas huevadas
teológicas
Si dices fiat lux, te apuesto a que la luz se
hace
Y eso hice yo, pues, Adán, entre otras muchas
cosas -tú, por ejemplo-



Montserrat Alvarez
de Zona Dark, 1991