"Nothing. . . Everything. . . Nobody. . . Somebody."

Friday, December 14, 2007

Hueveos del cerebro musical

La posibilidad de hacer música o de volverse músico siempre me ha llamado la atención. Es decir, ¿cómo alguien pasa de no saber qué hacer con los dedos -o los brazos o los pies- a aprender poco a poco a moverlos según un tiempo y un ritmo? Si consideramos que las personas comunes y corrientes por lo general no tienen impedimentos fisiológicos, en teoría, cualquiera de ellas podría tocar un instrumento musical con cierta gracia si se lo propone.

Hace años aprendí a tocar la guitarra y el aprendizaje resultó bastante satisfactorio. Pero mientras iba avanzando en las lecciones descubrí con el tiempo que de un nivel NO iba a pasar. En mi caso el aprendizaje sucedió al inicio muy rápido a los catorce -que es la misma edad en la que Jimi Hendrix tuvo su primera guitarra si no recuerdo mal- y de pronto, un par de años después, llegué a un techo. El descubrimiento del techo trae como consecuencia el desánimo y el desánimo desemboca en aburrimiento. Porque si bien tienes la ilusión de rozar aunque sea con un tartamudeo dactilar el Concierto de Aranjuez o los Panaderos Flamencos de Paco de Lucía, el techo de la realidad te da un buen combo en la chimba: tú quédate no más con el intro de Slash en Sweet Child O' Mine (aunque cuando te vuelves más viejo recién te das cuenta que una cosa es darle a las notas y otra interpretar, y que Slash es un capo). Mientras veía cómo algunos amigos seguían el camino del virtuosismo (so to speak), yo me conformé con lo aprendido, que la verdad era más que suficiente para pasarla bien.

También intenté otros instrumentos. El piano me resultó imposible porque nunca pude independizar la mano izquierda de la derecha (es decir, ahora sólo puedo acompañarme tocando acordes con la derecha y bajos en octavas aparatosos con la izquierda, o sea, como toca Chris Martin en Coldplay). La quena la empecé no hace mucho después de un viaje andino y la cosa no va mal. Creo ver una flauta traversa en mi futuro. Disciplina, dedicarle un buen tiempo al día a los ejercicios, empeño, concentración: todas esas cosas ayudan a dominar un instrumento. Y la cosa va bien hasta que de pronto te encuentras con el techo. Qué hay exactamente en mi cerebro musical que sólo me permite ir hasta cierto nivel, es lo que muchas veces me he preguntado.

El neurólogo Oliver Sacks -el mismo de Awakenings- acaba de publicar un libro sobre las relaciones entre la música y el cerebro. Se llama Musicophilia: Tales of Music and the Brain y se ve bastante interesante, a pesar de una que otra reseña donde le dan con cierto palo (existe una elogiosa de la Kakutani, pero el texto está algo monse). El libro es un conjunto de historias médicas que tienen como característica notoria las aptitudes musicales o la influencia de la música en ciertos pacientes. Felizmente Amazon ha tenido la buena idea de poner algunos videítos donde el propio Sacks cuenta maravillosamente bien alguna de las historias: está el caso de un músico que tiene amnesia para todo menos para la música; la influencia positiva de la música en pacientes con Parkinson; y la historia extraordinaria de un cirujano que recibió el choque de un relámpago a través del teléfono que lo transformó: de ser una persona sin mayor interés en la música, semanas después del incidente empezó a sentir una irrefrenable sed por escuchar música de piano y, luego, de tocar el piano. Dejó la cirugía y empezó a aprender y a componer. Esta última historia es realmente de Ripley. Entérense aquí.

Una pequeña fábula sobre el aprendizaje musical que siempre recuerdo existe en la película Groundhog Day, clásico para muchos y para mí también. Bill Murray, condenado a vivir el mismo día una y otra vez hasta la eternidad, decide aprender a tocar piano para conquistar a la chica. Día tras día, hora tras hora, lección tras lección, Murray empieza a volverse cada vez mejor, hasta que finalmente la sorprende:



Porque es un hecho: ellas se cagan por los músicos.

10 comments:

Anonymous said...

genial , la musica es la maxima de las artes, creo, eguren tambien opinaba eso , y luis hernnadez y eielson y etc, spinetta dice que la musica cura, charly que quiere hacer musica bajo el agua ,lennon la gritaba, ahhhhhhhhhhh , la musica es lo màximo!!!!!!! , ese señor que tenia amnesia pero recordaba tocar es el mismo que apareciò en un puerto de inglaterra creo? el que no podia hablar pero dibujaba pianitos???

Anonymous said...

Hay un capítulo de Dr. House que se parece a esto y lo protagoniza nada menos que Dave Mathews. Trata sobre un patín que de niño sufrió un accidente y su lóbulo izquierdo quedó inservible al punto que no puede abotonarse la camisa solo. Un tonto, sí, pero un genio al piano. No solo repite fielmenteen su piano todo lo que oye, también tiene imaginación y hasta le ayuda a House a completar una melodía que había compuesto y que nunca supo cómo continuar. El doctor descubre luego que el problema que aquejaba al genio (algo así como artritis pero más grave, no me acuerdo) está en su lóbulo dañado y decide extirparlo. El problema es que perdería su don para la música pero podría abotonarse la camisa. Me parecio un buen guión.

Anonymous said...

Jose Manuel Godoy escribe: "stanford se termino de joder: primero toledo y ahora faveron de fellow teacher". Despues Godoy sale a decir que es un pacifista y moraliza sobre la conducta de los demas. Por eso me abro de esa mancha.

Anonymous said...

Anónimo de las 9:30: no sueltes los comentarios así nomás, para evitar confusiones linkea el comentario de godoy. Npo vaya a pasar lo mismo que pasó con el comentario sobre Vivas, al parecer no era cierto.

Anonymous said...

Habla godoy:

http://twitter.com/jgodoym/statuses/502509622

Fantomas said...

a ver, posteen las cojudeces de godoy en el blog de godoy, aqui no. y si no borro los comentarios es porque me interesa comentar sobre el pelotudismo de ciertos anonimos expertos en rascarse las bolas en el twitter.

saynomore:

no, el caso del amnesico no tiene nada que ver con el "pianista" que apareció en inglaterra.

el hombres misterioso resulto un fraude. era aleman, nunca tuvo amnesia y, para colmo, apenas si podía tocar una nota al piano.

checa aquí

Anonymous said...

pucha una pena era una linda historia esa ,
fantomas :has visto videos de glenn gould tocando el piano en youtube???
son alucinantes!!!!! el màs impresionante es uno sacado de un documental y en el que se lo ve muy joven ,bueno, chau ,fantomas ,, ya te veo luego, siempre quise tener un amigo fantasma

Anonymous said...

creo que eso del techo es relativo. El techo esta relacionado con el tiempo que le dediques al instrumento. Es decir, dedicandole el tiempo que le dedicas a un hobby, cualquiera puede sacar el intro de sweet child o mine. pero sacar el punteo del medio, dedica mas tiempo que el que le damos a un simple hobby. es mas, a cualquiera que toque guitarra, sabe que si la deja por un par de semanas, los punteos ya no te saldran iguales...

mauricio

Durán said...

oie, pero no hay drama.
uno puede tocar su tope en terminos de ejecucion, de maniobras, quizas nunca te hagas un punteo a lo Slash, pero puedes aprender otras cosas: escalas, intervalos, todo lo relativo a composicion.
una vez que dominas las escalas, no te importa que tu tocada sea "veloz", impresionante, o vistosa. Lo que importa es que sea una melodia que conmueva. Y luego, con tu linea melodica, ya puedes buscar armonia en otros instrumentos.
Nunca una banda es un solo instrumento y todos los instrumentos suenan mejor cuando sus melodias hacen armonia entre si. Y para eso no se necesita ser rapido, ni vistoso, ni virtuoso.

Anonymous said...

SER UN BUEN MUSICO ES ESTUPENDO, PERO COMPONER...COMPONER...QUE HAY EN LA CABEZA DE UN COMPOSITOR? EN UN NOVELISTA SURGE UNA TRAMA, EN UN CINEASTA LAS IMAGENES, EL ESCULTOR VE LA FORMA BAJO EL BLOQUE...PERO EL COMPOSITOR...QUE CARAJO TIENE UN COMPOSITOR EN LA CABEZA?

LUIS