"Nothing. . . Everything. . . Nobody. . . Somebody."

Friday, August 17, 2007

Homo homini lupus


En general soy un gran pesimista, y no le he sido menos con los efectos de este terremoto. Pesimista con el ser humano, porque aunque una parte de mí quisiera creer que puede sobreponerse a su elemental condición de simio inteligente, la verdad es que es profundamente egoísta y que ese, y no otro, es el mandato natural. Come, tira y sé egoísta. Sobrevive tú, los tuyos, y que el otro se joda. No es un juicio de valor ni una requintada. Es lo que es. Por eso no me sorprende la gente que saquea casas y roba en medio de la tragedia; o la que sube los precios de sus víveres y los pasajes; o los ingenieros que para ahorrar algo de dinero hicieron la casa como se les dio la gana y no con indicaciones probadamente antisísmicas; y los alcaldes que lo permitieron. O los periodistas que repiten una y otra vez la misma huevada, el mismo sarcófago, el mismo llanto, el mismo rigor mortis, el mismo reclamo destemplado de gente que está desesperada. Y, en cambio, poco dicen de cómo está funcionando la logística de la ayuda y qué cosa deberían esperar los sobrevivientes y damnificados. Es decir, no invocan a la razón ni a la valentía, y sí mucho al sentimiento descontrolado. "Esto parece una ciudad bombardeada por la segunda guerra mundial", dijo Tola. Y yo me preguntaba, por qué chucha mencionó esa guerra y no otra. Dios, hay cada huevón, hay cada refocilamiento retórico para buscar un cojudo efecto mediático.

La información sobre cómo ayudar -e ir hasta Pisco a levantar piedras NO es ayudar, porque genera desorden- está clara y perfecta (reboto al Morsa). Ropa, sangre, viveres y dinero. Como nunca antes hacer caso a nuestros líderes y autoridades, esa ES la manera ordenada (y con eso me refiero respaldar a García que está allá mismo al mando de la situación). Y después a seguir chambeando y ser cada vez más inteligentes para no matarnos entre nosotros. Aquí en Lima, que se mantuvo intacta, pero terminó pasmada, el miércoles todos tuvimos que seguir trabajando -yo no trabajo para un noticiero ni me alimento del drama, salvo cuando ando enamorado- y la concentración no daba para mucho. Personalmente avancé mis cosas a paso de tortuga y a eso de las diez y pico terminé harto de la misma huevada y esa especie de terror psicológico mediático que si era 7.5, 7.7., 7.9, que si Richter, que si Mercalli, que si tu vieja, que ya se viene otro, que por qué si ya se liberó la energía, etc, etc. Terminé harto de Guerrero, de Grave, del 2, del 4, del 7, de todos.

Así que cambié de canal. Terminamos en casa de dar las indicaciones del caso, el plan que ya se tiene: la nena, la linterna, zapatillas, una maleta con cosas indispensables y la mascota (pero locos, si la cosa ya es maleada, chau mascota). Empecé a ver 3-G, Scrubs, la porno de la medianoche en el 50, cualquier cosa que me sacara un toque del circulo vicioso de la desgracia y de la posibilidad de otro movimiento. Cada quince minutos hubo un remezón, aunque de poca intensidad (o al menos, eso creí sentir). Nada, a seguir trabajando. Esa noche dormí con las tabas puestas y casi sentado. Pero terminé. La vida continuaba al día siguiente.

Por supuesto, no todos piensan así. Otros sí creen que hay que lamentarse con un rosario ideológico en las manos, arrodillarse y exclamar: "malditos hijos de puta de derecha, la desgracia es peor por ti, malditos por no fomentar mi solidaridad o, mejor, malditos por no permitir que el Estado te ponga un fusil en la sien para que no hagas lo que tu pobre naturaleza humana te ordena". El hombre es un lobo para el hombre.

4 comments:

Roberto said...

lo mismo pensé: si decía bombardeo sobre nagasaki, etc. ¿qué importaba?

:(

Vicky said...

Me parece, Fantomas, que despotricar tanto de un gobierno en el que no confías y pedir que dejemos todo en manos -precisamente- de este gobierno, para solucionar el problema de nuestros hermanos, indica mucha incongruencia de tu parte.
A lo lejos, vemos a cada rato un sinfín de números de cuentas de banco al que podemos donar para ayudar a nuestros connacionales, pero, ¿a quiénes pertenecen esas cuentas? Y la duda, la frustración, la impotencia se apodera de nosotros. No queremos ser indolentes, en el dolor somos hermanos y las imágenes de la tragedia nos golpea fieramente. Un grupo de peruanos en California, hemos decidido donar una cantidad a álguien que tiene parientes en Ica y Pisco. Si estos familiares deciden ayudarse a sí mismos o apoyar también a sus vecinos, da lo mismo. El caso es que sabemos que ese dinero llegará a las manos de gente que está viviendo la tragedia y éso nos reconforta. Pero por favor, no te quites la posibilidad de pensar que no puedes ayudar a tu prójimo, ni derrames tanta hiel através de tu página. Especialmente ahora, no ayudas. Al contrario, nos das más dolor y desconsuelo. Paz para tu alma.

Fantomas said...

hola vicky, no se si leiste bien, pero no creo haber sido incongruente. de todos modos, agradezco los deseos de paz (aunque no creo que el alma exista, lo que me haría, en teoria, un desalmado).

JeCkO said...

la cagada, siempre leo el blog, saludos