"Nothing. . . Everything. . . Nobody. . . Somebody."

Sunday, November 25, 2007

Viaje a la semilla


Los ayes por la derrota del 5-1 siguen soltando sus ecos y da la impresión que el fútbol peruano como selección se encuentra rumbo a una implosión ineludible. Discusión por premios, la renuncia del impresentable Juvenal Silva, jugadores que no quieren jugar, jugadores que no quieren ganar y entrenadores que no la ven.

Hoy en Peru21 leo una buena entrevista al Veco que como periodista deportivo al menos tiene la virtud de no ser un cúmulo de tantos lugares comunes cuando habla, como sí sucede con sus pares. Aún así, la última vez que lo escuché en su programa radial, además de hacer comentarios, también tuvo tiempo de contar chistes (!), sorpresa que no supe si tomarla con gracia o con pena (el repertorio incluía chistes de suegras o de borrachitos).

Las ideas del Veco son bastante claras: la responsabilidad mayor de la derrota cae en los jugadores. ¿Por qué? Simplemente porque no les interesa como grupo matarse por la selección. Son profesionales: vienen, cobran y se van. Cero emoción, cero sentimiento, cero sintonía con el aficionado. En este grupo se incluye a Pizarro y Farfán, y a otros "extranjeros" no tan abiertamente mencionados que se creen la última coca-cola del desierto cuando vienen acá:

El futbolista que viene de Europa no puede venir pensando que él juega allá y que aquí le tienen que hacer la venia, no, no, no. Acá vienen a romperse como se rompen todos, como hacen los paraguayos.

Otra idea que me sorprendió del siempre buena onda del Veco fue su poca preocupación por la tan mentada desafiliación. Dice don Emilio:

Creo que hay mucha gente que está convencida de que no vamos a clasificar. Entonces, la desafiliación de la FIFA, que en un principio era una hecatombe, ya no lo es tanto. Yo creo que ahora ya no se tiene miedo, ahora se quiere la desafiliación: 'bueno, se acabó esto y ahora vamos a cambiar todo, hasta los ceniceros'.

Hasta no hace mucho pensaba que los que pedían la desafiliación de la FIFA estaban muy desubicados. Pero en la medida que una selección tiene su razón de ser en el pacto tácito de confianza entre este grupo privado que se dedica al fútbol y la gran masa aficionada que lo respalda, y teniendo además ese grupo tan reducido de futbolistas y dirigentes el peso de una representación nacional, una postura intervencionista y política no me parece ahora tan desorejada. El descontento de la gente es mayúsculo y, aunque yo no soy aficionado, puedo entender los sentimientos involucrados. Personalmente me es jodido compatibilizar mis propias emociones tan poco nacionalistas con la idea misma de una selección nacional, pero comprendo que sin patriotismo o una férrea identificación con sus símbolos nacionales o su historia, es bien yuca que un futbolista saque del forro ese plus de compromiso en una eliminatoria (por lo que el deporte de competencia internacional a mí me sigue pareciendo extraño y, hasta cierto punto, primitivo. Pero ese es otro tema). La camiseta futbolística peruana está bien devaluada y los futbolistas sólo reflejan con su alpinchismo el estado de las cosas.

Con todo, la intervención no pasaría de ser un gesto, una medida de fuerza tipo Construcción Civil, una pataleta estéril porque las reales medidas de solución son en el muy largo plazo. Así como la educación, el tema del fútbol, ya se sabe, ya se dijo, ya está casi científicamente comprobado, viene desde que el futbolista es niño: sin competitividad en divisiones inferiores por falta de campeonatos, de organización, de plata, de papeo o lo que sea, olvidémonos de soñar por un cupo en un Mundial. Los jugadores no nacen, se hacen.

Thursday, November 22, 2007

Felipe Pinglo meets Billy Idol


Aún el jabón Bolívar no me quita todas las manchas por más que refriego y refriego después de sentirme salpicado por efecto de la chaira de fino filo de Faverón Patriau ("A mí, si se me permite la observación, la poesía de Montserrat Álvarez me parece tópica, sordomuda, superficial y efectista. Si en un mundo anacrónico Felipe Pinglo Alva tradujera al español las canciones de Billy Idol, tendrían que sonar como suenan los poemas de Zona Dark"). De la Montserrat no debe haber quedado ni la sombra y, si quedó, también ésta está hecha jirones. Pero ya ni me atrevo a ver: eso ya es tarea de la vieja PIP o de Gil Grissom. Lo que me parece curioso, oteando un poco más allá de la escena del crimen, es que Billy Idol se haya visto involucrado en un ajuste de esquina de siete puñaladas completamente ajena. Es un poco injusto, creo yo, porque "Dancing With Myself" siempre fue un vacilón y "Eyes Without A Face" tenía su misterio. Mi favorita sigue siendo "Hot In The City", pero si no te gustan las fiestas temáticas ni bailar, entonces no te molestes en buscarle la polisemia o, al menos, no te molestes conmigo. De Pinglo sólo puedo decir que siempre me cautivó de su obra cumbre "El Plebeyo" ese cambio de tono de menor a mayor a mitad de canción: va muy bien con la letra, con el anhelado triunfo del amor. Y es con ese ánimo erótico que me solidarizo en este post con la víctima arriba mencionada en un rapto de lírica necrofilia pues, por más poeta dark que sea, su sangre también tiñe de rojo:


Electroshock


Osea, en un electroshock hay harta poesía
Yo no computo aún por qué nadie le ha escrito un
poema al electroshock
Al principio, claro, es una mierda, pero todo
principio es una mierda
la primera vez que lo haces, por ejemplo,
cuando eres hembrague
o la primera vez que te zambulles desde el
trampolín de una piscina
Inclusive, piensa en el infierno: al principio debe
ser insoportable
ese incendio eterno que jamás te consume para que
tu dolor sea infinito
pero luego tiene que ser bacán moverte
indestructible en todas esas llamas
sorprendentes,
lenguas de fuego de textura incógnita igual que un
baño de cristales rojos
Y, si lo piensas bien, en el fondo el infierno debe
de ser lo más placentero del mundo
Entonces, yo te digo que un electroshock es tan
placentero como el mismo infierno
El primer momento es espantoso: sentir cómo te
están separando tus huesos hasta hacerte
perder tu forma humana
o cómo te destruye poco a poco por dentro una
fuerza sin cara
Pero luego detienes tu consciencia una vez que ya
estás dentro de la cosa
Primero es como si una serie de telones qe nunca
habían sido levantados
se empezarán a alzar en tu cerebro, igual que en
un teatro que al mismo tiempo fuera muchos
otros teatros sucesivos
-si bien estos telones no son rojos, sino de un
azul furiosamente rojo,
y su tacto no es el del terciopelo, sino helado y
marítimo, como el de una malagua de
ultratumba-
Entonces te comienza a parecer que los límites de
tu caja craneana son los límites del Cielo y
de la Tierrra
y tus ojos se estiran sin romperse hasta llegar al
borde superior de todo el universo conocido
-o sea, hasta la punta de tu frente-
Ta que en ese momento tienes omnipotencia,
omniprescencia, todas esas huevadas
teológicas
Si dices fiat lux, te apuesto a que la luz se
hace
Y eso hice yo, pues, Adán, entre otras muchas
cosas -tú, por ejemplo-



Montserrat Alvarez
de Zona Dark, 1991

The Ex-Factor


Hueveando por ahí llegué a Wyclef Jean y de Wyclef, en carambola, a una entrevista no tan lejana de Lauryn Hill de este año. ¿Qué fue de ella? Lo último que creí leer sobre su vida fue que había enloquecido o algo así, asfixiada de vanidad o del exceso de atención que recibió del mundo cuando ganó, en su momento, todo lo que se podía ganar, además del prestigio. La entrevista me sirvió para recordar que allá por 1998 The Miseducation of Lauryn Hill, el primer disco solista de la ex Fugees, me ponía la piel de gallina. Escuchado hoy, casi diez años después, sigue siendo un disco alucinante, un clásico tan importante como el Talking Book o el Innervisions de Stevie Wonder.

Según comenta la Hill, el próximo año estaría lanzando finalmente su segundo disco, lo que será, cuando salga, todo un acontecimiento. Veánla hablando de sí misma y de sus luchas, con total calma y serenidad. Y, después, córtense las venas con "Ex-Factor", track que solía pasar y repasar en mi viejo tocacds con el mismo efecto siempre: una tristeza que bordeaba el llanto. Dedicada a todos aquellos que vuelven con sus longevas parejas después de superarlo (casi) todo.



It could all be so simple
But you'd rather make it hard
Loving you is like a battle
And we both end up with scars
Tell me, who I have to be
To gain some reciprocity
See, no one loves you more than me
And no one ever will

Is this just a silly game
That forces you to act this way
Forces you to scream my name
Then pretend that you can't stay
Tell me, who I have to be
To gain some reciprocity
See, no one loves you more than me
And no one ever will

Hook:
No matter how I think we grow
You always seem to let me know
It ain't workin'
It ain't workin'
And when I try to walk away
You'd hurt yourself to make me stay
This is crazy
This is crazy

I keep letting you back in
How can I explain myself
As painful as this thing has been
I just can't be with no one else
See I know what we got to do
You let go and I'll let go too
'Cause no one's hurt me more than you
And no one ever will

Repeat Hook

Care for me, care for me
You said you care for me

There for me, there for me
Said you'd be there for me

Cry for me, cry for me
You said you'd die for me

Give to me, give to me
Why won't you live for me

¿Por qué no te callas, peruano?


Cinco a uno y ya salieron todos a dar sus recetas del cambio. Magnífico Uribe con estas declaraciones que son como para ponerlas en un cuadro:

"Siempre tiene que haber una forma de juego, que es lo que yo recuerdo perfectamente en mi cuarta etapa, algo que nosotros estábamos encontrando con ese 5-3-2, muy claro. Y no es que ahora me sienta contento por cómo se están dando las cosas, al contrario, como peruano lo lamento", criticó el ex entrenador de la selección nacional respecto al sistema 4-2-3-1 utilizado por Chemo del Solar.

"Los partidos con Ecuador en España, incluso en el encuentro contra Japón, con 15 jugadores, ya empezaba a visualizar lo que tenía proyectado."

Y yo que pensé que a Uribe lo habían dado de baja, con la anuencia del respetable público aficionado, por ser un loco que no tenía idea de cómo armar un equipo (el profesor habla de una "cuarta etapa", ¿alguien sabe de qué está hablando?)

Ramón Quiroga, a quien le metieron seis -como bien recuerda Alditus, el Angel del Once de la derecha-, también da con uno de los secretos del carajo:

"Los injertos en el equipo no funcionaron, y si no tienes bien estructurada tu defensa, es muy difícil que puedas conseguir un resultado positivo. Lo que sí ha quedado claro es que luego de la derrota estamos en coma", comentó con respecto a los errores cometidos por el técnico y los jugadores.

De entre los comentarios que los bloggeros han dejado por ahí, me quedo con ese que le achaca a la prensa el ventilar un sueño de opio con un fanatismo rayano en la imbecilidad: que tenemos opción de clasificar. Por Dios: ¡se ha llamado al Chorri! ¡Pizarro dice que ya no juega bien! ¡Guerrero se va de juerga después de decir que los seleccionados no matan por la camiseta! Es obvio que hay una realidad impresa y otra en la cancha. No se depriman, la vida continúa.

Tuesday, November 20, 2007

Hablemos de pepas


Es la historia de siempre: las empresas farmacéuticas, con tal de hacer negocio, hacen tal campaña de márketing y presionan con tanta fuerza en favor de sus químicos que les doblan el juramento hipocrático a los propios doctores y terminan ofreciendo al público algo que no es 100% confiable. El público no es tan mongo y lo sospecha: pero en el caso de los antidepresivos está dispuesto a asumir ese riesgo con tal de salir del infierno de las nubes negras y del futuro oscuro.

Existen cientos de historias de éxito de gente que alguna vez ingirió pepas para combatir su depresión. Pero por cada cien de estas historias de éxito -es uno de los cálculos- existe una en la que el paciente terminó loqueándose más, se hizo daño y en algunos casos -uno de mil- se mató. De esta funesta estadística se cogen los críticos más ácidos en contra del Prozac, del Zoloft, del Paxil o del Efexor para señalar que algo anda muy mal, que las empresas farmacéuticas ocultan información y que su fórmula simplista de decir que tu depresión se debe a un bajo nivel de serotonina en la chimba es un eslógan sin completo sustento científico.

En esta nota del New York Review Of Books se comentan tres libros que van a la canilla de este problema absolutamente controversial en donde se mezclan la ambición de dinero, las malas prácticas médicas, el exitismo como manía compulsiva de nuestras sociedades y el suicidio como fenómeno, tan viejo como el nacimiento del propio hombre. En el Perú cada vez son más frecuentes las noticias del aumento de depresión en los niños y para la OMS el suicidio es desde hace un tiempo un problema de salud pública. ¿Estamos cagados?

Me da la impresión que por aquí el asunto sigue siendo tabú y eso nos caga aún más. Todavía algunos se burlan de que el presidente tome o se sospeche que tome medicamentos para equilibrar su ánimo. En realidad, cualquier persona que esté medicada ya es vista como un bicho extraño y, del otro lado, no muchos están dispuestos a hablar de sus depresiones, de sus ataques de ansiedad, de su particular inhabilidad para moverse en el mundo real o de sus tratamientos.

Pero al mismo tiempo también muchos hablan de depresión con excesiva facilidad. Muchos no saben distinguir un momento de bajo ánimo con una depresión clínica, y creen que todo cae bajo un mismo paquete. Pero para los que sí han tenido la terrible desgracia de pasar por un período de depresión abominable saben que la cosa no es nada ligera: la desesperanza, la incapacidad de disfrutar los placeres más básicos y las ganas furiosas de autoaniquilarse son un verdadero infierno capaz de hacerte olvidar todo el cariño y la genuina preocupación y empatía que te rodea. Para las personas, digámoslo así, "equilibradas", es imposible imaginar una depresión. Es una de las enfermedades más incomprendidas y, por eso, sufrirla o haberla sufrido es un estigma.

¿La terapia o las pepas? Esta disyuntiva (bueno, ambas también trabajan en conjunto) aún sigue siendo fuerte y ambas tienen profesionales que las respaldan con igual conviccion. Pero ya que el tema es sobre las pepas, es claro que cuando te recetan algunas el proceso es de ensayo y error, de "probar" a ver qué bien te va con el químico y la dosis. Como dije arriba en algunos casos el cambio es tan fuerte como de ir de la noche al día. Pero los efectos en el largo plazo siguen siendo misteriosos, o quizás, siguen siendo ocultados.

En YouTube me crucé con el video de un gran opositor de las pepas: nada menos que Tom Cruise. El seguidor de la cienciología dice conocer la historia de la psiquiatría al dedillo y propone alternativas: vitaminas y ejercicio. No está errado: si estás sufriendo una depresión una de las cosas que los psiquiatras siempre recomiendan es empezar a ejercitarse, además de tus pepitas en la mañana y en la noche.



Y aquí un informe de la BBC al respecto.

Sunday, November 18, 2007

Jaime Bedoya


Donde el bloggista hace un post menor

La primera vez que conocí a Jaime Bedoya fue por una crónica que le leí sobre un concierto de los Stones, los Rolling para algunos, los Rolling Stones para la mayoría. No recuerdo el título. En ese momento jamás había sido un lector de Caretas –antes y después de Bedoya, la verdad, la revista siempre me produjo total indiferencia hasta que la política se volvió un mal necesario- y si leí la nota fue por el grupo, o quizás, por la idea de que un peruano estuviese conectado con el grupo o, mejor idea aún, porque un peruano se dirigía a Mick Jagger en uno de los párrafos. Al menos eso creo recordar de la nota, que bien puede ser una traición de la memoria, pero qué diablos. “Do you remember Perú, Mr. Jagger?”, alucino yo que le dijo el cronista casi gritando y a la volada a la leyenda del rock que pasaba al lado. No sé que respondió Jagger.

Después –aunque quizás fuese antes, pero ya veremos que la verdad o la mentira, la exactitud o la inexactitud, la realidad o la ficción son conceptos caros al bedoyismo- me topé con un librito rojo (¿era rojo?) llamado “Ay que rico!”, frase popularizada por un ser monodentario aparecido en los programas cómicos del fin de semana, esos que solía ver casi por obligación, como el curso de Educación Cívica. Leí la contratapa y sólo recuerdo una línea que me inspiró esta convicción nacida de la ley del menor esfuerzo: ¡yo quiero escribir estas huevadas! La frase era: “¿tiene alma el pollo a la brasa?”. Yo aún no era mayor de edad, contaba los reales a puchitos porque ni propina tenía y si visitaba librerías era para aspirar el olor de las páginas nuevas. Así que hojeé el libro, pero no lo compré. Lástima, porque eso pudo cambiar mi vida. Aunque visto en perspectiva, mejor no, porque me hubiera vuelto quizás periodista y sinceramente prefiero la vida que tengo ahora. El caso es que esta vez ya no olvidé al nombre del autor. Y, como bajada de titular, me quedó este otro bit de información para mis adentros: ¿es posible escribir así? ¿Realmente te publican esto?

Pero soy un lector flojo, de filias movedizas y, lo que es realmente feo, sumamente desleal con sus manías. Creo que con el transcurrir de los meses y con la cachimbología a cuestas me desvié hacia Sábato, Cortázar, Rulfo y todo el rosario de escritores nacidos para la inmortalidad y los lomos de tapa dura. Bedoya se mantenía ahí, pero en el subsuelo, caleta, secreto, como una desviación, casi como un antologable de la nunca hecha antología de los “poetas menores”, porque vamos, ¿es posible sacar de un párrafo una literatura? ¿O, más aún, de una palabra? No jodan, apretemos más el culo: ¿es posible sacar una literatura de un sufijo?

Supongo que ese es el destino de las plumas que se desviven por el periodismo: vienen con una fecha de caducidad feroz y sin religiosidad alguna, porque una vez que mueres –una vez leída y arrugada la revista o el periódico- no queda nada, cero memoria, cero trascendencia. Y, al menos en los claustros universitarios, esa distancia entre literatura y periodismo te la afianzan tanto que se vuelve infranqueable. Cualquier cruce de un lado a otro termina siendo un error metodológico. La primera es para el mausoleo, el segundo para el hueveo. Qué cojuda es la universidad, a veces.

Así que los encuentros con los textos de Jaime Bedoya por un muy buen tiempo vinieron con esas anteojeras: ni muy trascendente para ser literatura –¡Raúl Di Blasio no puede ser un personaje que merezca algo de buena prosa, por Dios!- ni tan fast-food para ser la huevada habitual del periodismo nacional. Pero, además, me quedaba siempre esta cosa incómoda cuando lo leía como periodismo: ¿son estos textos comprobables? ¿Notas al pie? Tráiganme al fact-checker ASAP.

No me he cruzado con muchos bedoyólogos o bedoyómanos en mi vida (aunque si quieres escribir, recomiendo no serlo, verdad surgida a la luz de la obra de varias figuras epigonales que en prensa o en literatura lo imitan muy mal ya que, como dicen, es difícil ser joven). Y, generalmente aquellas personas que lo aprecian y hacen público ese aprecio máximo tampoco gozan de una reputación de buen gusto que los haga infalibles: por ahí alguna vez le leí un elogio emocionado al periodista Gonzalo Quijandría, al escritor wannabe Raúl Tola, al incomprendido Jaime Bayly y hoy, en un arrebato de amor por Caretas y por el escritor objeto de este post, a Beto Ortiz, quien, si mi radar no me falla, compite con el propio Bedoya en esa Olimpiada de las mejores plumas nacionales últimas, pero que, humilde como nunca, o exhibiendo como siempre sus ínfulas de falsa modestia, prefiere quedarse como el segundón, como un medalla de plata. Si se toman la molestia ir al panteón donde Zeus esculpe y escupe el canon literario olímpico no verán ninguno de estos nombres. Si se toman la molestia de visitar algunos blogs literarios, verán que el mundo es otro, el de las enaguas, el de los abanicos, el de las cosa serias. Por eso me dan risa cuando se matan haciendo sus listas de los mejores y creen que alguien como Fulano o Mengano escribe bien o es complejo. Gimme a break.

Es verdad lo que dice Ortiz. Jaime Bedoya no es sólo el mejor escritor de su generación. Es quizás el último gran escritor peruano. Tiene tres libros de los cuales solo uno es hallable ahora (Mal Menor, publicado por Norma). Los otros los van a tener que robar, como yo lo hice. No se confundan: los libros de Bedoya no son recopilaciones de crónicas. Bedoya es un universo en sí mismo, tan conectado y desconectado de la realidad como un clásico, tan difícil de leerlo –hombre, es denso por momentos- como un poema. Hay que repasarlo, ir línea por línea, a veces pasando por alto sus fallas gramaticales que a la larga son sólo licencias de escritor que desbroza el lenguaje de su falta de abreviaturas, a veces tratando de descifrarlo y aceptar que hay cosas ininteligibles, arcanas, dirigidas a nadie o, en todo caso, a cualquiera menos a nosotros. No sé cuándo empecé a leerlo como lo que es –y como lo que, según me han contado, estudió- literatura. Pero empezar a descubrir ese nuevo ángulo del periodismo bedoyiano me dio mucha tranquilidad, porque ahí dejé de preocuparme de la verdad y la mentira, de la novedad informativa o del palo conchudo. Dejé de preocuparme del lugar de nacimiento de Dennis Angulo y de si esa foto es un photoshop, un identi-kit, un ser que existió o una formación ectoplásmica nacida en una sesión espiritista médium mediante, valga la redundancia.

Pero como me sucede con todo gran escritor, espero nunca conocerlo personalmente. ¿Para qué quiero que el mago me cuente el truco? Algunos placeres deben mantenerse así no más, como si no existieran de verdad.

Tuesday, November 13, 2007

Oprah con Cormac


Con un retraso maleado, me entero a través de una nota que linkea el Moleskine de Thays que la popular Oprah Winfrey entrevistó al reclusivo Cormac McCarthy, que es algo así como si Gisela en su mejor momento hubiese entrevistado a Enrique Prochazka en horario estelar (bueh...).

He leído un puñado de las novelas de McCarthy y definitivamente el tío está en otra. Pero no comentaré la obra -lo haría mal porque soy un lector primerizo y fascinado-, sino de los asuntos superficiales. Como muchos saben, McCarthy ama sobre todas las cosas su privacidad. Apenas ha dado una entrevista en prensa escrita (esta) y de ahí a Oprah. Alucinante.

Pero busqué y busqué y no di con el dichoso encuentro. Está en en la web de Oprah, pero hay que pasar todo un registro insufrible. Sólo he podido dar con reseñas de la entrevista. Y según parece el resultado resultó catastrófico. ¿Cómo llegó la estrella televisiva a convencer al escritor? En esta página, donde se reseña el programa, se cuenta así:

“This man is notoriously private,” Oprah says. “After I read The Road, I said, “I’ll give him a call.” Oprah called him, asked him if she could interview him. Cormac demurred, saying he needed to think about it. She gave him a 48-hour ultimatum for a response--something that I’m certain only Oprah could do--and when she called him again precisely two days later, he agreed. She said she would come to meet him and that she’d “get in and get out in an hour.” “Once he said yes,” she said, “I went straight to New Mexico before he could change his mind.”

En la New York Magazine pude leer algo más ácido. Las preguntas de Oprah fueron antológicas:
Slouching in an overstuffed armchair, he seemed more like a nice-enough old man, gamely trying to answer the inane questions posed by the overenthusiastic woman sitting opposite. Winfrey trotted out such chestnuts as "Where did the idea for this novel come from?" and "Do you have a writing routine?" McCarthy, to his credit, treated the questions seriously, though that may be because he's the only writer on earth who's never heard them before.
Jaja. Y, además, la pinta del autor al parecer decepcionó. No se parece en nada a sus fotos:
He was stripped, by bad lighting and a seeming refusal to wear makeup, of the stern grandeur he adopts in his book-jacket photos. (The brilliant photographer who helped create McCarthy's image, Marion Ettlinger, should show video of this interview to potential clients.) Instead, he seemed ungainly and frail and uncertain.
En fin. No todos tienen que verse bien en la TV. Pero pensando en el caso peruano, me parece una pena que muchos escritores no tengan una buena entrevista televisiva a la que pueda acudirse de vez en cuando porque no hay nadie quien pueda hacerlas. Las que recuerdo de Vano Oficio -¿siguen dando el programa?-, más allá de si eran buenas o malas, estaban tan signadas por la familiaridad de lo informal que no pasaban de ser una conversación amigable. Se me ocurre que Hildebrandt es el único que podría capear a cualquier escritor en una entrevista a fondo y como show, pero considerando que anda peleado con el 99% de todos ellos, quizás sólo le quede entrevistarse a sí mismo.

Monday, November 12, 2007

Radiohead toca Smiths

Dos de mis huevadas favoritas se juntan en una sola. Radiohead hace unos días en un live webcast hizo un cover de "The Headmaster Ritual", mi canción favorita de The Smiths. La versión creo que tiene 3.5 sobre 5. Enjoy:



Belligerent ghouls
Run manchester schools

Spineless swines
Cemented minds

Sir leads the troops
Jealous of youth
Same old suit since 1962

He does the military two-step
Down the nape of my neck

I wanna go home
I dont wanna stay
Give up education
As a bad mistake

Mid-week on the playing fields
Sir thwacks you on the knees

Knees you in the groin
Elbow in the face
Bruises bigger than dinner plates

I wanna go home
I dont wanna stay

Da-da-da ...

Belligerent ghouls
Run manchester schools

Spineless bastards all ...

Sir leads the troops
Jealous of youth
Same old jokes since 1902

He does the military two-step
Down the nape of my neck

I wanna go home
I dont want to stay
Give up life
As a bad mistake

Please excuse me from gym
Ive got this terrible cold coming on
He grabs and devours
He kicks me in the showers
Kicks me in the showers
And he grabs and devours

I want to go home
I dont want to stay...

Ladran, Morena, señal de que no hemos leído el Quijote


Donde el bloggista se reconoce una posible víctima del meme

Hace un par de semanas Morena me preguntaba: "Oye, ¿tú has leído eso de "ladran Sancho, señal que avanzamos?". Yo sin pensarlo mucho respondí que sí, que estaba casi seguro de haberlo leído en el mismo Quijote. Morena me dijo que nada que ver, que eso no existía en el texto, porque así lo había googleado. Ja.

El caso es que, en efecto, Morena tenía toda la razón. A principios de este año Silvio Rendón lanzaba unas cuantas hipótesis sobre el origen de esta frase: "Ladran Sancho, señal de que cabalgamos" (aunque la que tenía yo en la cabeza era "Ladran Sancho, señal de que avanzamos"). Rendón también acotaba que quien la usaba, sólo demostraba que no había leído el Quijote. Pero yo no estoy tan seguro de esto. He leído el Quijote, aunque no soy un fanático del libro. Y es muy probable que otros que también lo hayan leído, recurran a la frase sin pensarlo, seguros de que está ahí, surgida del ingenio de Cervantes. Ayer en Peru21, Augusto Alvarez Rodrich también recurría a la frase, aunque con un giro: "Ladran, Alan, pero aún no es una señal de que estemos avanzando", titulaba y subtitulaba su columna. ¿Qué está pasando?

Más allá del reconocimiento de la ignorancia, que no creo que espante a nadie, el asunto está seguramente más ligado a lo que Richard Dawkins denominó un "meme", o sea, una unidad de transmisión cultural, una unidad de imitación (la palabra es un invento suyo, acortando mimeme a meme -pronúnciese "mim"-, para que más o menos rime con gene -pronúnciese "yin"- o "gen".)

Dawkins, en su fraseo inicial sobre el concepto en 1976, decía lo siguente:

Ejemplos de memes son tonadas, ideas, eslóganes, ropa, moda, formas de hacer vasijas o construir arcos. Del mismo modo que los genes se propagan en el caldo genético saltando de cuerpo en cuerpo a través del esperma o de los óvulos, los memes se propagan en el caldo del meme saltando de cerebro en cerebro a través de un proceso que, en un sentido muy amplio, puede ser llamado imitación. Si un científico escucha o lee una buena idea, la pasa a sus colegas y a sus estudiantes. La menciona en sus artículos y en sus conferencias. Si la idea prende, puede decirse que se propaga, transmitiéndose de cerebro en cerebro. [traducción mía]

La propia palabra meme resultó un buen meme, dijo Dawkins treinta años después. Y en las notas a la edición de The Selfish Gene del 2006 el autor confesaba que él mismo resultó una víctima del meme al citar un texto X en su bibliografía con una mutación del nombre original (al igual que muchos de sus colegas). Lo que quiere decir que lo "falso" o lo "verdadero" no son asuntos que le interesen mucho al meme cuando se propaga.

Con "Ladran Sancho, señal de que avanzamos" pasa lo mismo. Y creo que también se da con cualquier palabra que se empiece a usar popularmente -como en el caso de "bizarro" que se discutió en Puente Aereo hace unos días- por más erróneo que sea este uso (sólo que, en el caso de las palabras, hay esta idea muy extendida entre los expertos lingüistas en dejar que el uso sea el que mande, algo así como un vox populi, vox dei aplicado a la libertad de la lengua, por lo que suelen detestar a los que joroban con el diccionario en la mano).

La frase en sí misma, a decir verdad, es buena, pegajosa, positiva y una buena palmada en el hombro en tiempos de crisis. Pero, como bien sugiere Rendón, el error está en afirmar que aparece en el Quijote. Porque quizás podamos seguirla diciendo impunemente sin señalar su origen, dirigiéndonos a un Sancho que no es necesariamente el Sancho que aparece en el libro, sino a otro, a uno completamente imaginado. Aunque me pregunto cuántos realmente la usarían
en sus columnas -en su versión "original" o en cualquiera de sus variantes- de saber que jamás fue escrita por Cervantes. Supongo que nadie.

Mientras tanto, larga vida al meme.


Humaladas


Donde el bloggista sigue homenajeando a Pedro Salinas

Ayer en Perú21 le hicieron la enésima entrevista a Ollanta Humala. Renegón como siempre, a la defensiva como siempre, moviéndose en la delgada línea que separa la firmeza con la llana bravuconada del picón, como siempre. Va a ser candidato en el 2011 y ya que aún existen algunos que todavía lo ven como una alternativa, aquí una antología de sus declaraciones.

El Perú es un virreynato
"Una República se crea bajo los valores de la libertad, la igualdad, la fraternidad; el virreinato no tiene valores, es simplemente la rapacería de las economías foráneas que buscan explotar esta colonia."

Hay que sancionar la traición ideológica
"El sistema ha hecho que de 45 pasemos a 23 porque no se sanciona la traición ideológica, no se sanciona el transfuguismo ideológico."

La visión de un hipotético gobierno nacionalista
"Si nosotros hubiéramos llegado al gobierno probablemente no tendríamos una bancada de 45 sino de 80 porque todos se alinearían, porque así está acostumbrada a funcionar la clase política, salvo honrosas excepciones que muestran coherencia ideológica, inteligencia y sensatez, el resto son mercachifles."

La diferencia entre "extremismo" y "radicalismo"
"Yo estoy orgulloso de ser una persona radical, porque el radicalismo bien entendido viene de la raíz, y para solucionar un problema hay que ir a la raíz. Una cosa es ser radical y otra cosa es ser extremista. El extremismo no es una solución per se, es una ruptura; no puedo solucionar el problema, entonces pateo el problema. El radical busca solucionar."

Sobre Chávez
"Yo no me identifico con eso, yo soy peruano y bien peruano, yo me identifico con el problema nacionalista"

¿Traición ideológica? ¿Radical, más no extremista? ¿Dónde estará la raíz podrida del Perú para Humala? Después no digan que no lo dijo, ahí clarito con todas sus letras.


Saturday, November 10, 2007

Homenaje

Ya que a las seis pm de hoy para los periódicos peruanos la muerte de Norman Mailer aún no es noticia, o no lo es tanto como si Jessica Alba se desnudará o no en el cine, aquí un pequeño homenaje al escritor:



Además:

NYT: Norman Mailer, Towering Writer With Matching Ego, Dies at 84

El fin de una era


Ayer se confirmó: la revista Caretas -la mejor del Perú todavía- cambia de director. De Enrique Zileri, las cosas pasan ahora a manos del hijo Marco. Por interno, la discusiones y debates sobre el cambio van y vienen, pero no son cosas que seguramente interesen a los bloggeros -aunque sí a los amantes ya no del metaperiodismo, sino del metametaperiodismo.

En cambio, por lo que he podido leer, lo que más ha preocupado a algunos comentaristas es el supuesto "alanismo" del viejo periodista. ¿Verdad, mentira, media verdad, leyenda urbana? El año pasado, según recuerdo, Caretas se la jugó por el Apra en las elecciones presidenciales con un editorial -para la primera vuelta- que a mí me dejó con la boca abierta. Frente a la posibilidad de un triunfo nacionalista, Caretas (o Zileri), planteó las cosas en términos lógicos que de primera impresión me supieron a sofisma puro. ¿Quién puede derrotar a Humala?, se preguntaba Caretas en abril del año pasado. Y a sí misma se respondía lo siguiente:

CARETAS se saca el sombrero ante Lourdes Flores de Unidad Nacional, que ha luchado como una leona en un proceso salpicado de agresiones.

¿Pero puede su candidatura penetrar en los sectores populares donde parece haber prendido Humala?

¿Es posible, por otro lado, que presencias tan respetables como las de Valentín Paniagua y Susana Villarán den una sorpresa y desmientan los sondeos?

La posibilidad es francamente remota (aunque, por cierto, gane quien gane, se necesitará sumar fuerzas democráticas para confrontar la segunda vuelta y, sobre todo, el próximo quinquenio).

Ahora bien, Alan García del APRA da la impresión de haber perdido cierta serenidad y dejado de modular con más precisión sus planteamientos sobre “los ricos”, arriesgando espantar a parte del abanico de su potencial electorado.

Pero García, acompañado de la trayectoria de lucha de su partido, parece tener más posibilidades de abatir por el flanco izquierdo el desvarío histórico que encarnaría nuestro Hugo Chávez sin petróleo, el ex ‘Capitán Carlos’ de Madre Mía.

Así que esta vez hay que votar con la cabeza y no botar el corazón en las urnas.


Con la cabeza y no con el corazón, decía, aunque a mí me parecía que el corazón alanista estaba latiendo más fuerte que nunca. Recuerdo que lo discutí con unos amigos, subrayando sobre todo lo que Mariátegui siempre llama el "aprocalipsis" de los ochenta. ¿Era posible tener como presidente nuevamente a uno de los personajes más incompetentes y desatinados de la historia del Perú? Eso desafiaba el sentido común y el más elemental de los instintos de supervivencia. Pero Caretas lo decía: racionalmente, el voto por García era lo indicado. Hace un año me pareció un asco. Hoy creo que no se equivocó en absoluto.

Porque las cosas en la segunda vuelta se aclararon mucho más. La amenaza de Humala -en efecto, el tipo era y es una amenaza y me gustaría que piensen que mierda hubiese hecho Humala con el Perú a lo largo de todo este año, hagan ese ejercicio de la imaginación y luego pellízquense- era real, tangible, se olía en el ambiente, no era una predicción alucinada y remota de esas a las que a Tafur le encantaba soltar cuando estaba en La Primera, como relamiéndose en el miedo o mostrando su lado calculadoramente tanático. Humala estaba ahí, a la vuelta de la esquina. Tan mal asesorada estaba la Flores -mi voto en primera- que seguramente los nacionalistas la irían a hacer picadillo soliviantando los resentimientos más jodidos de gran parte del Perú.

Sin duda, García era el único que podía derrotarlo. Y los pico a pico con Chávez me terminaron de convencer. Caretas hizo también lo suyo sacando otro editorial, más claro aún, llamado "No suicidarse", previo a la segunda vuelta:

Hay varias formas de pegarse un tiro en una encrucijada histórica como ésta: votar en blanco, viciar el voto, irse de paseo o sufragar mal.

Sin embargo, algunos de esos 2.6 millones de ciudadanos de derecha o de izquierda cuyos candidatos se quedaron en la primera vuelta, aun ahora, exquisitos como son, creen resguardar convicciones sacrosantas absteniéndose de elegir al "menos malo" en la segunda.

Con esa actitud están jugando a la ruleta rusa y promoviendo un mal peor.

Clap, clap. Exactamente lo mismo pensé y sigo pensando yo. Voto en blanco: ¿qué clase de idiotez autojustificatoria es esa? ¡Carajo, electores, tienen que tomar una decisión, déjense de huevadas! Cada vez que pienso que el Perú se pudo haber ido a la mierda de una vez y por todas porque algunas personas no pudieron soportar la presión de una decisión escondiéndose en la mariconada del "no me quiero ensuciar las manos" se me pone la piel de gallina. ¿Es que no escucharon que Humala quería "refundar el Perú"? Por dios, no sé para que chucha leen algunos.

En fin. García ganó por un pelo y, visto en perspectiva, Caretas o Zileri no se equivocaron. Aquí no hubo alanismo, sino un gran ojo político.

Aún así la pregunta sigue en pie. Zileri, ¿alanista o no?

La mejor respuesta a esta pregunta la da Gustavo Gorriti en su libro La calavera en negro (2006) sobre ese narcotraficante tan extravagante llamado Carlos Langberg que, a inicios de los ochenta, comenzó a tener cada vez más presencia e influencia en el APRA. Todo el caso Langberg, revelado en la revista, sirvió para una purga en el partido y, en una carambola providencial, estrenar como figura política al jovencísimo Alan García. Cuenta Gorriti:

Aunque se nos había tildado de antiapristas, ciertamente no lo éramos en Caretas. Hicimos durante los meses de la investigación el esfuerzo por distinguir las complicidades o complacencias de los individuos, aunque tuvieran los cargos más importantes, y diferenciarlos del partido en sí.

Tampoco éramos filoapristas. Menos mal. Se supone que un medio de prensa debe defender ciertas lealtades básicas: el sistema democrático, los derechos humanos, la honestidad pública, el buen gobierno; y mantener una básica imparcialidad respecto de los partidos políticos.

Pero Alan García se iba revelando, en su nueva esteralidad política, como un seductor nato, el Casanova de las masas. En grupos pequeños también resultaba un conversador inteligente, rápido, a veces fascinante. En la etología de aproximación de grupos extraños, diversas antropologías se acercaron, se olfatearon y salieron contentos y hasta encantados. En lugar de encontrar a un búfalo con medias blancas y palillo de dientes, vieron a una persona inteligente, cosmopolita, con oído fino para el matiz y la ironía. En cada cena un nuevo grupo de contertulios salía encantado con García y sintiendo, por extensión, que estos chicos del Apra eran realmente un conjunto simpático y variado, y no la secta vertical, intolerante, intelectual y espiritualmente encajonada que muchos prejuzgaban y aún temían.

Zileri, fue, me temo, una de las personas más fascinadas por ese joven líder que con tanta energía carismática emergía a la arena política. ¿Cómo pasó eso? Me temo que yo fui en parte responsable de que suceda.

Mi amigo, el psicólogo Roberto Lerner, organizó una cena en su casa en octubre de 1984, a la que fueron, entre otros invitados tanto García como Zileri. Yo transmití la invitación a Zileri y estuve ahí. García llegó algo tarde, con su esposa Pilar. Para Caretas, era la primera reunión social con un dirigente aprista importante, desde aquella que hubo con Villanueva en la víspera de salir con el caso Langberg.

La cena en lo de Lerner duró hasta cerca de las tres de la mañana. García acababa de regresar de un viaje a Corea del Norte y su relato del encuentro con la idea Zuché fue muy divertido. Dominó la conversación pero nadie lo resintió. Por lo contrario, nos pareció a todos inteligente, versátil y entretenido. Creo que especialmente a Zileri. ¿Vi yo algún signo de alarma? Nada importante. Cuando le pregunté algo sobre el caso Langberg, me contestó, como bromeando, que la pregunta era "capciosa"; y luego vi que tomaba el vino con el meñique levantado. Entiendo que el meñique eventualmente descendió, lo cual revela una capacidad de aprendizaje que otros analistas ya han apuntado.

Todos salimos de la reunión muy contentos con García, y creo que García muy contento con la reunión. Me parece que no le tomó ni un minuto percatarse de que Zileri era en el fondo un adolescente perpetuo, con la energía, la capacidad de entusiasmo y camaradería propia de esa etapa, y estableció pronto ese tipo de amistad: informal, cordial, directa, bromista y con entrega de confianza.

¿Qué periodista no quiere acceso así con, primero, el candidato favorito y después el presidente de la República? El problema es la pregunta inversa: ¿qué presidente no quiere un acceso así con el director de uno de los medios más influyentes? Y el otro problema es que entre adolescentes, sean precoces, puntuales o tardíos, la amistad y sus lealtades es lo más importante. Claro que Zileri -gran periodista antes que nada- no dejó de criticar a García cuando fue indispensable hacerlo, pero aun entonces se sentía la tensión del amigo forzado a criticar a quien te ha dado su amistad y confianza.

Esa amistad le hizo bien a García, pero no a Caretas. Me imagino que Zileri no estará de acuerdo con lo que digo, pero en este asunto creo que, entre los veteranos de la revista, su director está en minoría absoluta. Pocas cosas tan nobles en la vida como la amistad y la lealtad a ella, pero me temo que esa nobleza puede convertirse en peligro cuando se introduce en la relación entre la prensa y el poder. (pág. 176-178)


Interesante pasaje. Pero bueno, pase lo que pase, esperemos que Caretas siga siendo esa revista por la que me dejo influir todas las semanas.

Thursday, November 8, 2007

Whoaaaaaaaaa!!!!


Donde el bloggista cuenta que ya leyó Rajes del oficio de Pedro Salinas y que no sólo le parece un tranquilo candidato a libro del año, sino que le confirma a sí mismo que, en materia de metaperiodismo, le encanta la huevadita

Puta madre, justo me confirma Malasangre -de rutilante aparación bloggera que en unos cuantos posts supera en trascendencia a todas las búsquedas de novia y adjetivos antojadizos del parablogger (gracias Robles) Renato Cisneros- que Beto Ortiz ya se adelantó al jamoneo hoy en Peru21, lo que me dejaría segundo en la fila (creo). Nevermind. Por esas cosas del destino compré Rajes del oficio hace dos días a pesar de que, según me cuentan, no lo hallaban por ninguna parte. En Ibero obligué a los dependientes a que abrieran la caja donde los ejemplares acababan de llegar y lo leí de palmo a palmo como quien ve una Hustler.

Felizmente existen los blogs porque ya me imagino las reseñas de puntitas que recibirá esto o, como hacen los académicos, tratando de sortearse todas las alusiones, los guiños, las cochinaditas tras bambalinas, tocando las páginas con guantes o hirviendo la tetera antes de servir. En otras palabras: Maribel de Paz, este es un libro que deberías reseñar ya. Demasiado periodismo, demasiado ego y demasiado ego otra vez. Me salpicó todo.

El libro -el primero de dos volúmenes- consta de diez entrevistas a periodistas escogidos por Pedro Salinas, según confiesa, con total arbitrariedad. Dicen que son los que más lee. En realidad, son los entrevistados que todos esperábamos. ¿De qué van las entrevistas? Pues del periodismo, del oficio, de lo bueno y de lo malo, de los personajes políticos y, sobre todo y al final, de los colegas. La lista de los escogidos en Kill Bill 1 son:

Alvaro Vargas Llosa
Beto Ortiz
Raúl Vargas
Rosa María Palacios
Aldo Mariátegui
Jaime Bayly
Mirko Lauer
Federico Salazar
Fernando Vivas
César Hildebrandt

No contaré muchos detalles ni las respuestas precisas que dan los miembros del star system periodístico peruano (por ejemplo, qué djo Rosa María Palacios de César Hildebrandt), no sólo porque eso les cagaría la lectura del libro, sino porque Beto Ortiz, cagonazo como él solo, ya se encargó de hacer una antología en la columna que con pena linkeo. Pero, en fin, igual puedo dar una miradita al ras:

1. El arranque con Alvaro Vargas LLosa es fenomenal.
2. Y la clausura con César Hildebrandt espectacular.
3. Hay un par que decepcionan en las respuestas (en un sentido absolutamente figurettista, por supuesto, no moral). No diré quienes son.
4. Ya me quedó claro por qué Federico Salazar escribe como escribe.
5. Juan Carlos Tafur es una presencia constante sin entrevista, ¡cómo lo mencionan!
6. Las caricaturas de Alonso Núñez están estupendas y en algunos casos revelan tanto como las respuestas. Me quedo con la de Raúl Vargas.
7. A veces Salinas se va en floro, sobre todo en las introducciones: la de Bayly se gana el premio al churriguerismo más empalagoso que he leido en mi vida. Pero en general está muy bien. El tono entre admirativo y respetuoso con sus entrevistados los coloca a cada uno en un pedestal.
8. ¿Los peruanos tenemos genios periodísticos? Después de este libro, a mí me quedó claro que sí.
9. Lauer sigue siendo para mí un misterio.
10. Para finalizar. Me cayó como una piedra esta verdad: al menos por aquí, en el periodismo están las verdaderas estrellas de hoy porque francamente la literatura está en nada. Lo siento, muchachos.

En fin. Leánlo. Hoy es la presentación en Pescados Capitales (situ en alguna cuadra de la Av. La Mar en Miraflores) a las 8pm. Después vendrá otro post sobre el tema.


Monday, November 5, 2007

Picaditos


Donde el bloggista a pedido de otro bloggista retoma los subtítulos de sus posts, pero esta vez lanza comentarios chiquitos en lugar de los sabanones habituales

Peru 21: Me hizo gracia que el siempre serio Nelson Manrique titule su columna de hoy muy jovialmente "¡Se le corre la tanga!", así con exclamación, haciendo alusión a los juegos peligrosos de la "burguesía peruana" cuando hace negocios con empresas transnacionales. ¿Qué significa exactamente la frase? ¿Tener un actitud medio putesca con el dinero de afuera? ¿Se referirá a García o a los empresarios? Dunno. Pero hay una cosa que la izquierda siempre le reclama a García, y que repite Nelson, que a mí nunca me ha cuadrado. NM dice lo siguiente:

Alan García llegó al poder con la promesa de un "cambio responsable": su alternativa al programa de Unidad Nacional, "el gobierno de los ricos" (García dixit). Hoy García ha asumido como suyo ese mismo programa. Repitiendo el guión de Alberto Fujimori en 1990, García se ha pasado a la derecha con armas y bagajes, traicionando a sus electores.

En la campaña hubo, me parece, dos escenarios. Uno de primera vuelta y otro de segunda. Hablar de "la candidata de los ricos" demolió a Flores en primera. Pero el "cambio responsable" fue algo así como un catch phrase para diferenciarse y alejarse del extremismo de Humala, que a su vez también se moderó para la segunda vuelta. Y si García ganó por una nariz fue por ese bolsón de gente que anteriormente había votado por la derecha -esa que va desde el fujimorismo más acomodado, hasta los que votaron por Lourdes en primera vuelta-. Yo voté por García en segunda y su "derechización" -llamar a Carranza, por ejemplo, o a la Mercedez Aráoz pro TLC- no me supuso ninguna traición. Era lo que esperaba.


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Hace siglos recuerdo que en la universidad todos hablaban de Twin Peaks de David Lynch. ¿Película, serie, experimento, aborto? En ese entonces yo era fanático de "Wild At Heart" por ninguna razón en especial, salvo que era la película más rara y cool que había visto. Algo así como mi Donnie Darko. Y mientras escuchaba hablar a todos de una tal Laura Palmer y su asesinato, y del par de escenas que decían te ponían los pelos de punta, nunca tuve la oportunidad de verla y me quedé fuera del floro. Años después la alquilé -era una película de TV de dos horas-, pero no tengo idea qué cosa exactamente llegué a ver. Porque en esta entrevista de Lynch en Entertainment Weekly a propósito de la salida al mercado de Twin Peaks: The Definitive Gold Box Edition el director habla de lo que quiso hacer y nunca pudo con la serie: una historia que nunca acababa. Todo el paquete -ahora sí con todo lo que alguna vez se filmó- cuesta cien coquitos (un extra: chequeen la página de Lynch que tiene varias sorpresas, además de café).


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La más incomprendida de los y las columnistas de Peru21, Frieda Holler, cuadra a Bayly en la última de sus columnas salida hace unos días. No hay mayor comentario salvo una sonrisa. La Holler me enternece por este motivo: es la encarnación más precisa que conozco de esa frase que dice "arar en el desierto" (¿o era "mar"?)


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Hueveando por Amazon veo que acaba de salir un libro biográfico de Elliott Smith que se vende como "the first and only portrait of the beloved and troubled singer/songwriter by those who knew him well". Uno de estos es Beck Hansen. La muerte de Smith, genio de genios, a mí me puso y me sigue poniendo mal. Y uno de mis sueños de opio es organizar un concierto-homenaje de esos que los peruanos sabemos hacer tan bien: de covers, donde yo toco y canto (Fantomas se prodiga en talentos varios, además del yoyo y el origami). No, va en serio: el hombre ya no está, pero esas melodías y armonías merecen una performance que funcione como ouija. A ver si alguien se anima a completar la primera banda ombloggista (de paso, aquí posteo una versión súper eléctrica de una canción súper pay: "Clementine", buenísima).




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Como complemento a un post de Ocram sobre Star Wars, aquí lo más gracioso que he escuchado sobre la película. Del espectacular Eddie Izzard: